La invitaciòn

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Capítulo 2:

La invitación

Querido Tab:

Gracias por tu última carta. Vaya regalo más lindo que me has hecho, Lily. Sin duda, me encantó. Prometo darte algo cuando nos volvamos a ver.

Aquí todo sigue como siempre. La dieta de Dudley no va demasiado bien. La tía Petunia lo descubrió ayer escondiendo en su habitación unas rosquillas que había traído de la calle. Le dijeron que tendrían que rebajarle la paga si seguía haciéndolo, y él se puso como loco y tiró la videoconsola por la ventana. Fue algo bastante tonto, realmente, porque ahora ni siquiera puede evadirse con su Mega-Mutilación, tercera generación.

Yo estoy bien, sobre todo gracias a que tienen muchísimo miedo de que Sirius aparezca de pronto y los convierta en murciélagos. Sin embargo, esta mañana me ha pasado algo raro. La cicatriz me ha vuelto a doler. La última vez que ocurrió fue porque Voldemort estaba en Hogwarts, ¿a ti te pasó lo mismo? Pero supongo que es imposible que él ronde ahora por aquí, ¿verdad?

Enviaré esta carta en cuanto regrese Hedwig. Ahora está por ahí, cazando. Recuerdos a los Weasley de mi parte.

Tabatha bajo la carta lentamente, hasta depositarla sobre su regazo. Soltó un suspiro y recargó su cabeza contra el tronco de un árbol. Miró hacia el estanque, encontrándose con los gemelos, Ron y Ginny. Los cuatro chapoteaban en el agua. La pelirroja sonrió y se abrazó a sus rodillas. En todo el tiempo que estuvo con los Weasley, jamás, había sentido el típico cosquilleo que se expandía por su estómago y costillas. Pero, más de una vez, había soñado con una enorme casa abandonada, un viejo, una serpiente y una luz verde. Por más que pensase y pensase en otras cosas, ese sueño, usurpaba su mente.

-¿No vas a divertirte con tus amigos?-sobresaltada, levantó la vista encontrándose con la jovial sonrisa de Cedric.- Hace calor y el agua parece tener la temperatura perfecta.-

-Ah...-tartamudeo la pelirroja, guardando el pergamino debajo de una manta que habían llevado.- Sí, sí. Creo que haré eso en un momento.-dijo mientras asentía. El chico de ojos grises se sentó a su lado y tomó su mano.

-Hace un par de semanas cumplimos cuatro años.-comentó Cedric, apoyando su mentón sobre la coronilla de la chica.-Cada vez que paso por el pasillo del comedor, no puedo evitar recordar el momento en que nos conocimos.-Tabatha soltó una risita y se acomodó sobre su hombro.- Te quiero, Tab.-

-Y yo a ti.-el chico de ojos grises separó su cabeza del tronco y depositó un beso en la comisura de los labios de la pelirroja.

-¡Tab! ¡Tab!-exclamó Ginny, salpicando el césped, con su húmeda cabellera.- Oh...hola.-saludó tímidamente.- Ven, te estamos esperando desde hace mucho. Ven.-repitió la pequeña Weasley, tomando la mano de su amiga para que se levantase. Cedric rió y también se reincorporó. George salió del agua y sin pensarlo dos veces, tomó a la pelirroja de la cintura y sin soltarla, se lanzó hacia el estanque.

-¡Está helada!-chilló Tabatha, tratando de mantenerse a flote.- ¡Hubieras dejado al menos que me sacase la camiseta!-

-Ah...-bufó Ginny, tendiéndole una mano para ayudarla a salir.- Ven, te cubriré con una toalla para que puedas cambiarte.-ambas chicas se marcharon hasta una zona donde predominaban los árboles. La pequeña Weasley colocó la tela sobre dos ramas y se puso a vigilar.- Oye, ¿ocurre algo entre tú y Diggory?-preguntó. Tabatha se sonrojó mientras se sacaba la parte de arriba de la ropa y la colgaba en otra rama.-Siempre tuve esa duda.-

-¿Siempre?-inquirió Tabatha, insegura de sacarse el short y dejar al descubierto la cicatriz.- ¿A qué te refieres?-

-Al hecho de que Hermione siempre te hablaba al oído cada vez que él pasaba.-explicó Ginny.- ¿Hace cuánto que salen?-

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora