"San Valentín en Hogwarts."

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Capítulo 25:

"San Valentín en Hogwarts."

La mañana siguiente fue mucho más agitada que el día anterior y las expectativas de Tabatha murieron cuando sus ojos vieron dos noticias de gran relevancia ocupando la mayor parte del periódico: la primera se trataba de la huida en masa de diez Mortifagos de la temida y más segura prisión de Azkaban; entre los nombres destacaban el de Bellatrix y los hermanos Lestrange.

Tabatha recordó el día de la Audición en el Ministerio cuando Dumbledore comentó sobre la delicada inestabilidad de los Dementores con respecto a la lealtad que debía implementar hacía el ministro. Aunque, a pesar de la obvia situación, Fudge había preferido culpar a un tercero por la fuga. Inculpó a la única persona que fue capaz de pasar desapercibido entre aquellos abominables seres y así recuperar su libertad: Sirius.

El solo hecho de pensar que esas personas estaban sueltas, le dieron un horrible escalofrío en todo el cuerpo. La pelirroja sacudió la cabeza y enterró su rostro nuevamente en el periódico, tratando de concentrarse en la otra noticia; ésta era casi tan impactante como la primera. Un funcionario del Ministerio había sido asesinado por una planta mientras se hallaba internado en San Mungo.

-Bode.-susurró, bajando apenas el periódico. El nombre le sonaba. Corrió una página más para poder continuar con la noticia cuando vio una foto del susodicho Bode. Sus ojos se abrieron con sorpresa en cuanto lo reconoció. Ese había sido el hombre que tenía una cama frente a la de Lockhart cuando ellos visitaron el hospital. Era aquel hombre al que una enfermera le había colocado una planta en la mesa de junto diciendo que alguien se la había dejado por ser navidad.-Un Lazo del Diablo.-debían de ser una vergüenza en la clases de la profesora Sprout si no lograban distinguir una planta tan peligrosa como aquella; y de haberlo hecho, podrían haber alertado a las autoridades del hospital y el señor Bode estaría vivo.

El sentimiento de culpa crecía desde el fondo de su garganta, subiendo como una horrenda mezcla de bilis y ganas de vomitar.

Tabatha tuvo que recoger sus cosas cuando un grupo numeroso de Slytherin ingresó a la biblioteca. Y aunque la señora Pince pedía silencio, ellos iban lo más escandaloso posible a buscar mesas desocupadas; entre los recién llegados iba Malfoy con Parkinson prendida al cuello. La pelirroja prefirió irse antes a tener que toparse con ellos.

Una vez en el pasillo, escondió el periódico entre sus libros y puso rumbo al comedor. Ya era tarde y el desayuno había terminado, pero ella no tenía hambre. Tal vez si se apuraba un poco lograría alcanzar a Harry y los chicos antes de la primera hora de clases.

Mientras avanzaba, pensaba en la noticia del escape en masa. Aquello, sin duda, sería un golpe bajo para el Ministerio: ¿Cómo justificarían si hubiesen más sucesos como esos? Pero después comprendió que la gente se ponía sensible cuando se mencionaban los hechos que habían pasado tantísimos años atrás; la comunidad mágica seguía temblando ante la simple mención del Señor Tenebroso y Tabatha apostaba a que no muchos debían de estar al tanto de su retorno.

»Creerán todas las mentiras que Fudge diga si con eso consigue limpiarse las manos y seguir negando que Dumbledore tenía razón«

Eso le hacía bullir la sangre. El Ministro no podía ser tan terco y ciego. Ella debió de haberle gritado más cosas cuando tuvo la oportunidad casi un año atrás.

Aguardó a que un grupo de tercero atravesará las puertas del Gran Comedor y luego procedió a avanzar.

-A veces odio que se comporte así.-escuchó refunfuñar a Ron mientras él y Harry avanzaban por los pasillos que formaban las mesas.- ¿Qué le costaría, por una vez, explicarnos lo que se propone? Sólo tardaría unos diez segundos más...

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora