Los Mellizos Potter |Cancelada|

"Sonrojos y el profesor de Pociones"

Capítulo 17:

"Sonrojos y el profesor de Pociones"

Luego del pequeño tropezón con Cedric, a la pelirroja las mejillas se le encendieron ante la perfecta sonrisa del chico. Hermione se dio cuenta pero prefirió reírse ante el estado de su amiga.

Cuando llegaron al Comedor, la mesa de los leones ya casi estaba llena, Percy al verlas les hizo una seña para que se ubicaran a su lado.

- Buenos días, chicas.- saludo el pelirrojo.

-Bueno días, Percy.- dijeron mutuamente.

El desayuno fue bastante animado con la compañía de los gemelos Weasley. Antes de que terminaran, Ron y Harry llegaron con caras de recién levantados.

-Era hora, pensé que tendría que irlos a buscar.- dijo Tabatha dándole un beso en la mejilla a su hermano.

-Tranquila, ya estamos aquí y debemos desayunar rápido ante de la primera clase.- comento Ron mientras se llenaba el plato con lo primero que veía.

La primera asignatura era Defensa Contra las Artes Oscuras junto con Slytherin. Ambas niñas salieron del Comedor seguidas de Ron y Harry.

La clase pasó sin ninguna novedad; el profesor Quirrell era bastante aburrido y las chicas atendían por obligación.

Como la siguiente clase era Pociones y también iba con Slytherin, se fueron juntas hacia las mazmorras. Se volvieron a sentar juntas, Tabatha vio a Harry sentarse con el Ron en la mesa de al lado. En ese momento entró el profesor Snape con cara seria. La verdad es que siempre tenía la misma cara. Una extraña sensación volvió a recorrer la espalda de la pelirroja al ver los oscuros y sin alguna expresión ojos de su profesor.

El profesor, paso lista deteniéndose cuidadosamente en los mellizos.

-Potter, claro nuestras nuevas celebridades.- ambos se miraron con algo de miedo, en especial la pelirroja, desde la noche anterior que Snape no dejaba de mirarla.

-Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de preparar pociones.-cada palabra la decía en un susurro pero de todas formas eran escuchadas por toda la clase.

-En mis clases, habrá muy poco de eso ridículos movimientos de varita y mucho de ustedes dudaran de si esto es magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente.- Tabatha miraba con mucho valor a los ojos del profesor mientras que este le devolvía la mirada.

-¡Potter!- anuncio de golpe haciendo que ambos mellizos den un salto del susto.

-¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a un infusión de ajenjo?- la pelirroja enseguida levanto la mano, pero fue rechazada por el profesor, se estaba dirigiendo a su hermano.

-No lo sé, señor.- contesto el azabache. Una mueca burlona se formo en Snape.

-Es evidente que la fama no lo es todo.-las risas provenientes del grupo de Malfoy fue lo único que se escucho. Por segunda vez Snape, ignoro las manos levantadas de Tabatha y de Hermione.

-Volvamos a intentarlo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres bezoar?- Harry miro dubitativo la mesa mientras su hermana sabía la respuesta.

-Parece que cierta persona no abrió ni un libro antes de venir, ¿Cierto, Potter?- Harry al igual que su hermana miro los ojos fríos del maestro. Snape seguía haciendo caso omiso a sus alumnas.

-¿Cuál es la diferencia, Potter, entre acónito y luparia?-

-No lo sé.- contesto calmado.- Pero, creo que ellas la saben, ¿Por qué no se lo pregunta a ellas?- algunos rieron ante su respuesta, en cambio Snape apoyo sus manos en donde estaba sentada la pelirroja.

-Muy bien, señorita Potter, según su hermano usted sabe cada respuesta a las preguntas que he formulado. ¿Sería tan amable de contestarlas?- Tabatha, tomo aire y trato de memorizar cada frase que aparecía en el libro de Mil hierbas mágicas y hongos.

-Si, señor. Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra que es sacada del estomago de una cabra y como antídoto para mayor parte de los venenos. En la diferencia entre acónito y luparia, no existe diferencia, ya que son la misma planta.- Snape quedo impresionado, solo que no lo dio a conocer.

-Todas las respuestas son correctas, y ahora mi pregunta es ¿Por qué no están anotando?- se produjo un movimientos de plumas y pergaminos.

-Se le retara puntos a Gryffindor por su descaro, señor Potter, y se le suman 5 puntos por sus respuestas señorita Potter.- Tabatha miro por última vez al profesor y siguió escribiendo en su pergamino.

Después de que todos acabasen con las respuestas, Snape los puso en parejas para hacer una sencilla poción. Tabatha y Hermione, le ponían entusiasmo a su trabajo a medida que eran observadas por el profesor, que se paseaba por el pasillo arrastrando su extensa y larga capa negra. Criticaba el trabajo de cada estudiante exceptuando al perfecto de Malfoy, que de vez en cuando le sonreía con picardía a la joven pelirroja que tenía enfrente.

-No puedo creer que alague a Malfoy solo por poner el caldero en el fuego.- le susurro Tabatha a Hermione.

Luego de las interminables clases de pociones, Harry le había dicho a su hermana que iría a ver a Hagrid. Entonces ella aprovecho para hacer la tarea de DCAO junto a Hermione.

Ambas caminaban por los pasillos del colegio, hablando de las injusticias que cometía Snape contra Gryffindor.

-Es normal que cada profesor tenga un alumno favorito.- decía la castaña.

-Ojala McGonagall nos favoreciera por ser de nuestra casa.- se lamentaba la pelirroja.

-Por cierto, ¿Sabes dónde está la biblioteca? Hace como diez minutos que vimos la fuente.- Hermione empezó a impacientarse al oír lo que su compañera decía.

-No, no lo sé, se donde queda nuestra sala, el comedor pero no donde está la biblioteca.- cerca de ellas pasaba un grupo de Hufflepuff.- Sera mejor que les preguntemos para que nos ayude.-

Hermione se acerco con paso firme y decidido hacia el grupo que estaba casi en el medio del corredor. Tabatha al darse cuenta que quedo sola, apresuro el paso hasta quedar junto a su compañera.

-Disculpen, ¿Podrían decirnos el camino a la biblioteca?- el mismo chico de los ojos grises salió del grupo.

-Vamos para allá, si quieren pueden acompañarnos.-miro con otra gran sonrisa a Tabatha.

-Perfecto, gracias.-la castaña tiro del brazo de su amiga obligándola a caminar.

Al llegar, ambas tomaron los libros que les correspondía y se sentaron en una mesa cercana a la entrada. El grupo que las ayudo, se ubico enfrente de donde estaban ellas. Mientras escribían en sus pergaminos, la pelirroja sentía como cierta persona la observaba a lo lejos. Al levantar la vista, sus sospechas fueron ciertas, sintió como un calor subía de nuevo a sus mejillas, esta vez no pudo ocultarlo...