La decisión de los mellizos.

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Capítulo 26

La decisión de los mellizos.

Hermione dio un grito. Black se puso en pie de un salto. Harry saltó también como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

-He encontrado esto al pie del sauce boxeador.-dijo Snape, arrojando la capa a un lado y sin dejar de apuntar al pecho de Lupin con la varita.- Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil.-Snape estaba casi sin aliento, pero su cara rebosaba sensación de triunfo.-Tal vez se pregunten cómo he sabido que estaban aquí.-dijo con los ojos relampagueantes.-Acabo de ir a tu despacho, Lupin. Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te llevé una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa. Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba. Te vi correr por el pasadizo.-

-Severus...-comenzó Lupin, pero Snape no lo oyó.

-Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo amigo Black a entrar en el castillo, Lupin. Y aquí está la prueba. Ni siquiera se me ocurrió que tuvieras el valor de utilizar este lugar como escondrijo.

-Te equivocas, Severus.-repuso Lupin, hablando aprisa.- No lo has oído todo. Puedo explicarlo. Sirius no ha venido a matar a los mellizos.

-Dos más para Azkaban esta noche.-canturreo Snape, con los ojos llenos de odio.- Me encantará saber cómo se lo toma Dumbledore. Estaba convencido de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado...

-Idiota.-murmuró Lupin en voz baja, haciendo reír a Tabatha de un forma disimulada.- ¿Vale la pena volver a meter en Azkaban a un hombre inocente por una pelea de colegiales?-del final de la varita de Snape surgieron unas cuerdas delgadas, semejantes a serpientes, que se enroscaron alrededor de la boca, las muñecas y los tobillos de Lupin. Este perdió el equilibrio y cayó al suelo, incapaz de moverse. Con un rugido de rabia, Black se abalanzó sobre Snape, pero este apuntó directamente a sus ojos con la varita.

-Dame un motivo.-susurró.-Dame un motivo para hacerlo y te juro que lo haré.-Black se detuvo en seco. Era imposible decir qué rostro irradiaba más odio.

-Profesor Snape, no...no perdería nada oyendo lo que tienen que decir; ¿no cree?-habló la pelirroja, dando un paso hacia adelante mientras elegía con cuidado sus palabras.

-Señorita Potter; me temo que va a ser expulsada del colegio.-dijo Snape.- Usted, su hermano, Weasley y Granger se encontraban en un lugar prohibido, en compañía de un asesino escapado y de un licántropo. Y ahora te ruego que, por una vez en tu vida, cierre la boca.-

-Pero si... si fuera todo una confusión...-prosiguió.

-¡CÁLLESE!-gritó de repente Snape, descompuesto.- ¡NO HABLE DE LO QUE NO COMPRENDE!-del final de su varita, que seguía apuntando a la cara de Black, salieron algunas chispas. Tabatha guardó silencio, mientras Snape proseguía.- La venganza es muy dulce.-le dijo a Black en voz baja.- ¡Habría dado un brazo por ser yo quien te capturara!

-Eres tú quien no comprende, Severus.-gruñó Sirius.- Mientras este muchacho meta su rata en el castillo.-señaló a Ron con la cabeza.-Entraré en él sigilosamente.

-¿En el castillo?-preguntó Snape con voz melosa.-No creo que tengamos que ir tan lejos. Lo único que tengo que hacer es llamar a los Dementores en cuanto salgamos del sauce. Estarán encantados de verte, Black... Tanto que te darán un besito, me atrevería a decir...-el rostro de Black perdió el escaso color que tenía.

-Tienes que escucharme.-volvió a decir.-La rata, mira la rata...-había un destello de locura en la expresión de Snape que ninguno de los alumnos presentes, no había visto nunca. Parecía fuera de sí.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora