"Las primeras clases con McGonagall"

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Capítulo 17

"Las primeras clases con McGonagall"

Los días pasaban y ambas amigas seguían averiguando lo que podían acerca de la "Cámara de Secreta". Decidieron hacer una pausa y disfrutar del fin de semana.

El sábado en la mañana, los de tercer año para arriba, estaban emocionados por ir a Hogsmeade. En la mesa de Gryffindor estaban casi todos los ocupantes de la misma. Los mellizos, estaban sentados frente a frente, Ron y Hermione, a un lado de cada uno. Todos desayunaban en armonía y hablaban sobre diversos temas.

Por el gran techo del comedor, ingresaron cientos de lechuzas mensajeras. Cada una soltaba cartas o paquetes a sus dueños. Una especialmente se posó en el hombro de Tabatha, un poco sorprendida, tomo del pico del ave la carta.

"Estimada señorita Potter:

Le informo que sus clases personales comenzaran a partir de este sábado, la espero para cuando termine el desayuno en el salón de Transformaciones.

Atte., Profesora McGonagall."

Para cuando termino de leer la carta, dirigió una mirada a la mesa de profesores, encontrándose con una breve sonrisa de dicha profesora.

Para cuando terminaron, los cuatro, estaban dispuestos a ir a ver a Hagrid.

-Chicos, no podré acompañarlos debo hacer un par de cosas.-la castaña miro a su amiga con una ceja alzada.

-De acuerdo, nos vemos después.-cuando se despidió, puso rumbo al encuentro con McGonagall.

Se procuró que nadie la siguiese, atravesó pasillos, escaleras hasta llegar al salón indicado. Con su pequeño puño, llamo a la puerta. Desde el interior se escuchó un "Pase", fuerte y claro. Al entrar lo primero que se encontró fue una gran pila de libros sobre una mesa.

-Buenos días, señorita Potter, me alegro que haya venido.-saludo educadamente McGonagall.

-A partir de este día, usted, aprenderá todo acerca los animagos y conocerá el verdadero arte de la transformación.- la profesora, le indico que se sentase en una mesa donde había varios pergaminos, un tintero y una pluma. En una pizarra estaban escritó los procesos metamórficos por lo que pasaba una persona al hacerse animago.

-Lo primero que debe saber, es que el Ministerio controla a las personas que deciden ser animagos. Solo hay siete personas que forman parte de esa lista, yo soy una de ellas.-la pelirroja asentía mientras tomaba apuntes.

-La magia utilizada en esta transformación es complicada y sumamente avanzada, y sólo magos muy poderosos y habilidosos son capaces de realizarla, ya que está el peligro de que salga terriblemente mal. Una vez adquirida esta capacidad, uno puede transformarse cuando desee, con o sin varita. Pero permítame decirle que la señorita Granger y usted, son las más listas de mi clase, por lo que este trabajo, será pan comido para usted.- luego de varias horas, Tabatha, ya tenía cinco pergaminos escritos.

-Debe saber que la personalidad, define el animal.-los avellanas ojos de la pelirroja, se iluminaron al ver como su profesora se transformaba en un hermoso gato atigrado.

Muy cerca del mediodía, las clases terminaron y acordaron reunirse el domingo para continuar.

La pelirroja entro al comedor y fue directamente a sentarse junto a sus amigos.

-¿Dónde has estado?-le preguntó Harry, apenas sintió la presencia de su hermana.

-Estuve en...la biblioteca.-contesto rápidamente para evitar seguir hablando de sus clases secretas.

Luego de almorzar, los cuatro salieron del comedor, siguieron caminando sin mirar por donde iba, aunque al doblar la esquina se dieron cuenta donde estaban, en el segundo piso ahí en el muro del corredor se encontraba el escalofriante mensaje.

-Filch ha estado haciendo guardia aquí- Ron señalo una silla apoyada en la pared bajo la argolla donde encontraron a la gata colgada.- Al parecer cree, que el atacante regresara al lugar de los hechos.- comentó burlonamente.

Los cuatro miraron a su alrededor para asegurarse que nadie los veía y se acercaron al muro buscando algo, Harry se agacho cerca del muro y exclamo...

-¡Chicos, miren aquí parece quemado! -Ron y Tabatha, se acercaron a ver cuándo...

-Vean aquí.- Hermione señaló una hilera de arañas que salían apresuradamente por una pequeña rendija en la ventana.

- Nunca las había visto comportarse así.- dijo la pelirroja, acercándose a Hermione.

-Ni yo.-comentó Harry mientras las observaba- ¿Y tú Ron? ¿Ron?- los tres chicos giraron la cabeza en busca de Ron, quien había retrocedido.

-¿Te sucede algo?- pregunto Tabatha.

-Es que no me gustan las arañas- contesto nerviosamente mientras trataba de no mirar el hilo negro que formaban las arañas, ambas niñas, soltaron una risita.

-No es gracioso.- se quejó molesto.- A ustedes también les daría mirado si a los 3 años sus hermanos hubieran convertido su osito de peluche en un asqueroso animal de 8 patas.-

-Yo te entiendo, una vez mi primo me tiro una araña en mi cama.-la pelirroja apoyo su mano en el hombro de su amigo e hizo una mueca al recordarlo.

-¿Recuerdan toda el agua que había en el piso aquella noche?- preguntó Harry que seguía examinando el corredor.- ¿De dónde venía? ¿Alguien ha limpiado?-

-Salía de aquí.- indicó Ron caminando hasta una puerta que estaba un poco más alejada del muro con la inscripción, rodeando el lugar donde se encontraban las arañas.- De esta puerta.- tomo el picaporte pero quito la mano rápidamente como si hubiera tocado algo muy caliente.

- ¿Qué sucede?- pregunto Harry.

-No puedo abrir la puerta.-

-¿Por qué no?- volvió a cuestionar el azabache.

-Porque es el baño de chicas.- contesto rápidamente Tabatha.

-Pero si ahí dentro no hay nadie.- dijo Hermione tomando el pomo de la puerta- Es el baño de Myrtle la llorona.-

Hermione entro seguida por sus tres amigos, era un lugar de aspecto abandonado, el espejo estaba roto y el piso muy mojado. Tabatha, se adelantó y dando pequeños saltitos, se acercó al último cubículo.

-Hola, Myrtle ¿Cómo estás?- preguntó, Harry, Hermione y Ron se acercaron un poco pero se detuvieron bruscamente cuando la fantasma chillo.

-¡Ellos no deberían estar aquí, este es un baño de chicas!- dijo refiriéndose a Harry y Ron

-Sí, lo sé... solo que queríamos preguntarte- dudo Hermione.

-¿Qué?- preguntó bruscamente, Myrtle.

-¿Viste algo raro? -Tabatha, se encargó de elegir adecuadamente sus palabras, para no producir otro chillido de parte del fantasma.- ¿Sabes lo que pasó la noche de Halloween en el pasillo?-

-Petrificaron un gato del otro lado de la puerta.- añadió Harry al ver la expresión de Myrtle - ¿Viste a alguien esa noche? -

-No me fije, me encere en mi cubículo porque Pevees me estaba molestando, he estaba intentando suicidarme- contesto Myrtle con un tono meloso.

-Pero si tú ya estas muerta- dijo Ron, lo que hizo que Myrtle se ofendiera y se metió es su retrete salpicándolos.

-Es algo sensible- comentó Hermione.

-Aunque eso en Myrtle es casi estar alegre.-continuó la pelirroja.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora