"La extraña voz y la escritura en la pared"

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Capítulo 14:

"La extraña voz y la escritura en la pared"

Pasaron los meses y Halloween ya había llegado al castillo. Como todos los años, los profesores se esmeraban para la decoración del Gran Comedor. Harry y Ron, debía cumplir con el castigo impuesto por haber chocado contra el Sauce Boxeador.

En una tarde de otoño, ambos mellizos, se encontraban bajo una árbol, mirando hacía el lago. Tabatha, tenía la cabeza de Harry en sus rodillas, mientras le acariciaba el pelo. Por otro lado, él la miraba con una boba sonrisa.

-¿Qué?- preguntó ella, al sentirse incomoda con la mirada de su hermano.

-Esa, cicatriz.- dijo señalándola con su dedo.- La tienes desde el año pasado, y aún no se ha curado, ¿Raro, verdad?- ella, con su dedo índice, se acarició la frente y comprobó tener la cicatriz.

-Se ira con el tiempo.-los dos volvieron a quedar en silencio, él mirándola a ella, y ella mirando hacía el lago.

El sol comenzaba a caer por detrás de la cabaña de Hagrid, el viento se volvía a alzar, despeinando la rojiza melena de Tabatha.

-Creo que es hora de ir volviendo al castillo, debo ir a ayudar a Lockhart, con su correspondencia.-dijo Harry, mientras ponía una mueca de disgusto.

-A todos nos toca sufrir, suerte hermano.- la pelirroja, lo abrazó y se fue saltando hasta el interior del castillo.

Mientras la joven Potter, recorría los pasillos hasta su Sala Común, algo la hizo detener en medio de este. Lentamente se dio vuelta para ver si alguien la seguía. Una susurrante voz, parecida a la de Snape, recorría el lugar. Con el cuerpo y la mente, asustada, se dio vuelta para seguir con su camino, pero de nuevo se detuvo.

-Ven...déjame matarte y probar tu sangre.-la sangre se le heló, y por un acto involuntario, comenzó a caminar hacía el lugar donde provenía la voz.

Camino y camino, hasta dar la esquina de otro pasillo. Cuando estaba dispuesta a dar la vuelta y ver al dueño de la voz, algo le decía en su interior que no lo haga y se fuera, pero como tan testaruda que era, lo hizo.

Un grito se escuchó por todo el castillo, pero no era uno, eran dos. Con el corazón a punto de salir de su pecho, Tabatha, se dio cuenta que choco contra Ginny.

-¡Por el amor de Merlín! casi me matas.-comentó la pelirroja mayor, llevándose una mano al pecho.

-¿Qué... qué estás haciendo aquí?-preguntó torpemente la pequeña, mirando para un lado y para el otro.

-Yo... estaba, ¿Escuchaste esa voz?-Ginny, comenzó a palidecer y a negar efusivamente con la cabeza.

-¿Voz? ¿Qué voz?- Tabatha, notó los nervios a flor de piel en su amiga.

-La voz que... no decía nada, mejor volvamos.-la pelirroja menor, volví a sacudir su cabeza asintiendo y tirando de la mano de Tabatha, rumbo a la Torre de Gryffindor.

Cuando llegaron, la joven Potter, se sentó un sillón frente a la chimenea y tomo de su mochila un libro de Quidditch.

-¿Qué haces?-preguntó una voz detrás de ella.

-Hola, Oliver, solo repaso.- él castaño hizo una mueca de felicidad y se sentó a su lado.

Ambos permanecieron unos minutos en silencio, ella leía con interés el libro y él seguía la lectura.

-¿Ese libro, no te lo regale para navidad el año pasado?-cuestiono el castaña, mirando la portada.

-Diez puntos para Gryffindor.-contesto la pelirroja, imitando la voz de McGonagall.

-¿Veo que te gusto?-ella asintió y le sonrió.

-¿Cómo no gustarme? Lo leo todo el tiempo.- Oliver se ruborizo un poco y con una de sus manos, le revolvió el pelo.

Luego de haber pasado un tiempo hablando con Wood, acerca del equipo, a Tabatha el estómago comenzó a rugirle, pidiéndole comida. Miro el reloj de la sala y este marcaba las ocho de la noche. Dejo el libro en su bolso y salió, rumbo al comedor.

Al llegar, todos los estudiantes disfrutaban del banquete de esa noche, a excepción de Slytherin. Todos reían, bromeaban y se divertían. Desde la mesa de los profesores, todos estaban en las mismas condiciones que los alumnos, a diferencia de Snape, quien tenía la mirada fija en Tabatha, desde que había llegado al comedor. El estómago, de la pequeña, rugía de nuevo, pero esta vez no era de hambre sino que era de los nervios, al sentir como la miraba el profesor de Pociones, haciendo que perdiese el hambre por completo. Ella, dio media vuelta con la intención de volver a su sala y dormir en su habitación.

-¡Tab! ¿No te quedas?-preguntó Ron, acercándose a ella, con una tarta de fresas.

-No, perdí el apetito, mejor voy a dormir un poco.-cuando iba a darse vuelta choco contra alguien.

-Tibi, te estaba buscando, ya es demasiado tarde y Harry, aún no volvió.- antes de que puede decir algo, Hermione tomo a ambos de los brazos y los arrastro a fuera del comedor.

-Herms, él está con Lockhart, recibiendo su correspondencia.-la castaña, no la escuchaba, solo caminaba algo apurada.

Tal como en la tarde, la pelirroja, se detuvo en medio del pasillo.

-Esa voz.- murmuro, mirando para todos lados.

-¿Qué?-preguntó Ron, siguiendo la mirada de su amiga.

-¿No escuchan eso?-Ron y Hermione, se miraron y negaron.

La pelirroja, comenzó a tocar las paredes, tratando de encontrar esa voz, pero nada.

-¿Estás bien?-el colorado, se acercó a ella, pero Tabatha, se alarmo y comenzó a correr.

-¡Tab!-gritaban los dos, corriendo detrás de su amiga.

Ella, no los escuchaba, solo corría buscando la voz.

-¿Dónde estás?-susurraba para ella misma. Al llegar a una esquina, choco contra alguien cayendo al suelo.

-¿Tibi?-preguntó Harry, al ver a su hermana en el suelo. Ella, no llego a responder, porque sus amigos la alcanzaron.

-Harry, te estábamos buscando.- comento Hermione, recuperando el aire.

-¿Escuchan eso?-dijo Harry, acercándose a una pared.

-¿Tú también?-la castaña y el colorado, se volvieron a mirar sin entender.

-Ven... ven a mí... deja que te rasgue... deja que te rompa...deja que te mate.-esas palabras, hacían que el cuerpo de Tabatha, se estremeciera y el miedo corra por sus venas.

-¡Va a matar!-dijeron los mellizos al unísono.

-¿Qué? ¿Quién?- preguntó alarmado Ron.

Ninguno de los dos Potter, contesto y comenzaron a correr. Corrieron por los pasillos, hasta llegar a una parte en donde estaba llena de agua.

-Harry...-susurro la pelirroja, abrazando el brazo de su hermano.

-Aquí están.- dijo casi sin aliento Ron, caminando por los charcos de agua.

-¡Miren!- la mano de Hermione, señalaba una hilera de arañas subiendo una pared y pasando por un diminutos agujero.

-Creo que deberían ver esto.-los tres se dieron vuelta, mirando a una de las paredes que era alumbrada por unas antorchas.

-Señora Noris.-murmuro, la pelirroja, señalando a la gata que colgaba de la cola.

Los pasillos, comenzaron a llenarse de los alumnos que se dirigían a sus respectivas salas. Cada alumno, de cada casa, de cada año, se quedó mirando la pared y las cuatro únicas personas que había en ese momento.

- Temer, Enemigos del heredero temed. Son los siguientes, sangre sucia.-leyó en voz alta Draco, para luego mirar con odio a Hermione.

-¿Qué es lo que está pasando aquí?-decía la voz de Filch, abriéndose paso entre la multitud.

-¿Potter?-primero miro a Harry, para luego quedarse en silencio mirando el porta antorchas.

-Señora Norris...- susurro...

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora