Capítulo 16:
"Cabeza de Puerco"
Durante el resto de la semana, Tabatha se sentía verdaderamente incomoda cada vez que Hermione mencionaba el tema de las clases particulares. Al parecer ni la castaña ni ron, se daban cuenta del malestar que le causaban esas tozudeces. Durante días había intentado enviarle cartas a Remus, pero debía contenerse y prestar atención a las advertencias de Ojoloco.
-¡Por favor, Tab!-insistió Hermione, mientras ambas bajaban las escalerillas de la habitación de chicas el sábado por la mañana.- ¡Tienes que ir conmigo, es realmente importante!-tironeó varias veces del abrigo de su amiga.
-¡Hermione!-exclamó la pelirroja, deteniéndose fuera del agujero de la sala común de Gryffindor.- Ya detente.-forcejó un poco y se liberó del agarre de la otra chica.-He dicho que no. No pienso ir a la Cabeza de Puerco, prefiero quedarme en Hogsmeade e ir a las Tres Escobas.-
La castaña quedó perpleja.
-¿Qué ocurre?-preguntó en un susurro.
-Yo...ah...-Tabatha se pasó las manos por el rostro y suspiró exasperada.-Lo lamento.-dijo finalmente. Al ver el rostro de su amiga, sintió un pinchazo en el pecho; Hermione parecía tener los ojos vidriosos.-Pero créeme que realmente, no puedo ir.-subió la cremallera de su abrigo y echó a caminar por el extremo opuesto del pasillo.
A pesar de que el día estaba lindo, una sombra acaparaba su esplendor dejando una nube negra encima de Tabatha. Durante la noche no había dormido nada y sentía las incontenibles ganas de gritar el nombre de su padrino para que él viniese a consolarla con un trozo de chocolate y alguna que otra palabra de aliento. Luego de la conversación junto a la chimenea, se había puesto lo injusto que había sido Ron en tratar de callarla cuando ella estaba defendiendo su parte de la historia.
Al salir de la galería se entretuvo pateando un guijarro con la punta de su zapatilla. Se sentía imponente al no poder hacerse escuchar.
Eres débil si no puedes callarlos.
Apretó los ojos y pateó la roca, lanzándola lejos de su posición.
La rabia le hervía la sangre y las mejillas parecían dos enormes faros rojos. Estrujó la punta de sus dedos dentro de los bolsillos y continuó caminando.
Para ese momento, ya todos es habían terminado de desayunar y se dirigían a Filch para poder mostrarle las autorizaciones. Tabatha desvió el camino en cuanto trabó una breve mirada con Hermione; la castaña, por su lado, la miró con cierta pesadumbre y continuó su camino con Harry y Ron.
La pelirroja se escabulló entre los demás alumnos y presentó su permiso. El conserje la miró con ojo crítico, pero la dejó pasar.
Aunque ella hubiera preferido pasar el resto del día en el castillo, la desanimó la idea tener que cruzarse con la profesora Umbridge. El dorso de la mano aún le ardía y la herida se había cicatrizado casi del todo.
Esquivando al resto del alumnado, tomó la cabecera de la fila y se abrigó un poco más con la campera. Nunca se había dado cuenta lo aburrido que era el camino sin compañía.
El viento le soplaba los cabellos en diferentes direcciones, mientras ella continuaba con la cabeza baja. Aun sentía remordimiento hacia sus amigos y en espacial para Harry; todo el verano la situación parecía rondar a su alrededor y no salía de la atmosfera Harry James Potter. Eso la irritó cada vez más.
Bajó por la calle principal y tres manchones, veloces como liebres, pasaron a su lado. Los gemelos y Lee se precipitaron hacia la entrada de Zonko, la tienda de bromas. Mientras Fred y Jordan jugaban una competencia para ver quién ingresaba primero, George se retrasó y le dedico una cálida sonrisa. Tabatha se la devolvió. El pelirrojo, la miró por última vez y decidió ir a separar a los otros dos.
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Los Mellizos Potter |Cancelada|
Fanfiction¿Cómo sería si James y Lily hubieran tenido otra hija? ¿Cómo sería si esa noche no solo hubo un niño que sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si esa noche una niña también sobrevivió a la maldición imperdonable? ¿Cómo sería si no hubi...