Ayuda

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Fui a la terraza, me quité la venda y miré al cielo. Tengo un secreto que muy pocos saben: no estoy ciega. Cuando era niña, fui a la calle del comercio y encontré una bolsita con oro dentro. Un egipcio la tomó, me acusó de robarle y me lanzó un polvo raro a la cara que me hizo arder los ojos y la garganta. Yo salí corriendo luego de insultarlo y fui a casa. Mis padres, al ver mis ojos, llegaron a la conclusión de hacerles creer a todos que me quedé ciega ya que mis ojos se volvieron... rojos.

- Ver las estrellas siempre me relaja - me dije a mi misma para entrar a la casa

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- Ver las estrellas siempre me relaja - me dije a mi misma para entrar a la casa.
- Ya no aguanto más - escuché decir a mi hermana ¿sollozando? - Es muy fría e insensible contigo y tú nunca le hiciste nada, ella... no es la hermana que yo conocía... la quiero de vuelta.
Esa voz... me parte el corazón escucharla de ese modo. Esta decidido, iré a hablar con Moisés está noche, el podrá ayudarme. Llegó al lugar, tocó la puerta y entró.
- Shalom - saludé, como es costumbre.
- Shalom - contestaron Jocabed, Miriam, Moisés, Oseias, Caleb y... dos personas más.
- Disculpen las molestias, tengo un problema que tratar - dije para luego olfatear el ambiente, huele a perfume - Aquí hay egipcios, que desagradable.
- ¡Rachel, es la princesa y Hur! - me regaño Miriam.
- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! - me disculpe con rapidez - Ese es mi problema Moisés, mi odio hacia los egipcios está fuera de control y eso está lastimando a mi hermana. Ella esta casada con un egipcio y quiero dejar el rencor atras pero... no puedo.
- Tranquila, Rachel. Siéntate por favor - dijo Moisés, yo obedeci - Escucha, quiero ayudarte y lo sabes pero... necesito que me cuentes por que tanto rencor hacia ellos.
- Todo comenzó cuando tenía 8 años... - dije comenzando mi relato, sollozando, mencioné lo de mi "ceguera" y continúe - a causa de eso, mi madre murió cuando cumplí los 9. A los 12 años, mi padre murió por un accidente en la obra y, para que mi hermana no terminará en la Casa de Senet, empecé a trabajar en la obra. Años más tarde, Aten, el ahora marido de mi hermana, le propuso matrimonio a ella. Entonces, su padre, el responsable de mi no-visión, apareció y le exigió que anulara el compromiso. El se negó, defendió su amor y su padre lo golpeó. Yo llegué, vi lo que hizo y lo amenace con matarlo si volvía a poner un pie en la Villa. El, antes de irse, le informó a su hijo que no podía volver a su casa, lo había echado. Ahora mismo quiere que lo perdone pero no lo haré, no puedo olvidar lo que pasó.
Continuará...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora