La chica de los ojos vendados

Charla de perdón

- Esta bien, Rachel - dijo Nefertari con la voz enronquecida - Hiciste lo correcto... mi madre fue quien se equivoco y ahora esta pagando por todo lo que hizo.
- Mi señora... - dijo Rachel tomando las manos de la mencionada - se que esto le parecerá una locura pero... intente perdonar a su madre.
- ¿Que? - dijo la reina desconcertada.
- El odio que esta envolviendo su corazón puede dominarla y hacer que cometa toda clase de errores, puede hasta convertirla en otra persona; yo se eso mejor que nadie, me volví tan... cruel e insensible, lastime a las personas que eran cercanas a mi por dejarme llevar por el odio y el resentimiento, cometí errores que me costaron caro y que no puedo remediar. Se que esto sera difícil pero... quiero que piense en cosas que ella haya hecho por usted, cosas buenas - dijo Rachel sollozando, la reina soltó sus manos.
- Dame tres ejemplos y yo me encargare del resto - dijo la reina con odio.
- Le dio la vida, eso es un comienzo - dijo Rachel pero eso no convenció a la reina - Luego, vino a vivir a palacio donde conoció a personas que formaron parte de su vida.
- Entre ellas, Moisés - dijo Nefertari entre dientes - Muy bien, una mas y la perdono.
- Y la mas importante... - dijo Rachel con una sonrisa un poco nostálgica - se caso con Paser... y le dio a usted un padre maravilloso, un padre que la acepto a pesar de que no compartían la sangre, un padre que la ama con toda el alma... ¿ sabe lo que yo daría por tener al mio de vuelta, al menos por un momento? Usted es muy afortunada.
- Tienes razón - dijo Nefertari secando sus lagrimas - Mi padre pudo simplemente dejarme de lado... pero se quedo conmigo y me cuido con mucho amor.
- Un padre es como un amigo: es valioso pero no se compra con oro - dijo Rachel y, como si lo hubieran invocado, apareció en el cuarto.
- Hija, ¿como estas? - dijo Paser, la reina corrió a abrazarlo.
- Mi madre lo hizo otra vez - dijo Nefertari con la voz rota - Pensé que, con el tiempo y el castigo, ella había cambiado... pero me equivoque.
- Lo lamento tanto, hija - dijo Paser rompiendo el abrazo - Se cuanto la amabas pero... por desgracia, algunas personas nunca cambian. Tu le diste una oportunidad y ella la desaprovecho, tu no tienes la culpa de nada.
Continuara...