Condena parte 1

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- ¡El Sumo Sacerdote puede corroborar mi historia, el estuvo con ella antes de que Moisés la sacara de su celda! - dijo Rachel, Yunet se puso pálida.
- Es verdad, soberano - dijo Paser - La princesa tuvo miedo de ser envenenada porque Yunet le insinuó que pudieron haberle puesto algo a la comida y se negó rotundamente a comer algo, eso la debilito y por eso no pudo sobrevivir a la plaga.
- Mama... ¿por que? - se preguntaba la reina en sus adentros.
- ¡Pero no actuó sola, tuvo ayuda de alguien cercano a usted! - dijo Rachel, el rey la miro expectante pero no tardo mas de 5 segundos en responder - ¡El general Bankenmut!
Todos en la sala del trono se sorprendieron... excepto los que ya estaban enterados por Rachel. Bankenmut tardo un rato en recomponerse.
- ¡No digas tonterías! - dijo el tratando de contener su miedo.
- ¡Ellos dos eran y volvieron a ser amantes, el Sumo Sacerdote puede corroborar eso! - dijo Rachel, ambos se pusieron pálidos.
- También es cierto, soberano - dijo Paser - Cuanto usted y mi hija se casaron, poco antes de la ceremonia, los encontré a ambos besándose en el santuario.
- ¡¿Frente a los dioses?! - dijo el rey indignado - ¡¿Acaso perdieron el juicio?!
- Soberano, es verdad que ella y yo tuvimos algo... - dijo el general nervioso - pero eso no significa que yo la haya ayudado a cometer ese crimen.
- Lo se... - dijo Rachel segura - solo lo dije para ligarte con ella, ahora te ligare con el crimen. Tengo dos testigos de su complot.
- Quiero verlos - dijo el rey, Rachel hizo una seña para que se acercaran.
- Ustedes fueron los soldados que llevaron la comida a la celda de la princesa - dijo Rachel, Bankenmut se puso nervioso - Sin embargo nunca se la entregaron, ¿por que?
- El general Bankenmut nos impidió pasar y dijo que, por ordenes del rey, nada de comida debía ingresar a la celda de la princesa - dijo uno de los oficiales.
- ¡Yo nunca ordene eso! - dijo el rey, los oficiales se miraron confundidos.
- ¡No, pero adivine quien si! - dijo Rachel señalando a Yunet, luego se dirigió a los oficiales - Gracias por cooperar y no se preocupen, ustedes no son responsables de este crimen.
- Estoy perdido - pensó Bankenmut con la cabeza baja
- Que decepción, primero Disebek y ahora Bankenmut - pensaba el rey.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora