Soldado

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- No realmente, era su reencarnación en su anterior vida, ella era un oficial egipcio. Me defendió de los demonios, los mismos que aparecieron en mi cumpleaños, me mostró su marca de nacimiento y me pidió que la encontrara. Luego dijo "Haz que me entrenen y mantenme cerca de ti porqué sólo yo puedo protegerte" Al final, desperté.
- Y esa esclava que esta recuperándose tiene esa misma marca de nacimiento - dijo la reina, Amenhotep asintió.
- ¿No me decías siempre que los sueños del rey o príncipe siempre son importantes? Revelan el futuro y otras cosas.  
- Eso es verdad - dijo el rey - De acuerdo, hagamos un trato: si ella logra recuperarse, dejare que sea entrenada e incluso mandare a hacer un uniforme para ella.
El rey sonrió con burla pensando que eso nunca sucedería... pero se equivoco. Las puertas se abrieron y por ella entro el Sumo Sacerdote y Rachel, la sonrisa del soberano de esfumo.
- Soberano - dijo Rachel haciendo una reverencia - Me dijeron que quería que viniera, ¿paso algo malo?
- Me sorprende tu recuperación, creí que tardarías mas tiempo en sanar - dijo la reina conteniendo su sorpresa.
- Lo se, a mi me sorprendió que estuve en cama todo un día, mi hermana debe estar al borde del colapso - dijo Rachel tratando de controlarse - Por cierto, aun no me han dicho por que me llamaron.
- Mi padre accedió a entrenarte como a un oficial - dijo Amenhotep.
- ¡¿Que yo que?! - dijo Rachel sorprendida - Una cosa es que sea "jefe" de esclavos y otra muy diferente es que sea oficial del ejercito, n-ni siquiera se sostener una espada.
- ¿No derrotaste a todo un ejercito para salvar a mi hijo? - dijo el rey.
- Mi Dios me dio el poder para enfrentarlos, yo solo fui un instrumento - dijo Rachel para suspirar - De todos modos, ¿por que yo?
- Los dioses nos lo dijeron a través del sueño que tuvo mi nieto; tu estas destinada a protegerlo, por eso haz salvado su vida tantas veces - explico Paser.
- Si lo dice de ese modo... realmente tiene sentido - dijo Rachel suspirando una vez mas - De acuerdo, lo haré.
- Pero que quede claro: ni una palabra a nadie, ni siquiera a tu familia - amenazo el rey.
- Por supuesto, señor - dijo Rachel haciendo una reverencia pero luego ve hacia la puerta - ¿Me parece o escucho ranas?
- ¿Ranas? - dijo la reina confundida, luego se dio cuenta de algo - ¿No dijiste que la próxima plaga iba a ser de ranas?
Continuará...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora