En palacio

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- ¿Se conocen? - pregunto la reina.
- Se que te sonara ridículo pero... ella es el "Jefe" de los esclavos de la obra que fui a visitar la ultima vez - informo el rey, todos se sorprendieron.
- Nunca oí hablar de un "Jefe" que fuera mujer - dijo Gaiyi.
- La vida es dura cuando eres esclava - comento Rachel.
- Por cierto, traje esto para el futuro rey de Egipto - dijo Aten mostrando la espada.
- Gracias por el obsequio - dijo el rey, un ciervo agarro la espada.
- Sigo sin creer que te volví a ver - dijo el príncipe saliendo de su asombro - No sabia que tenias un pariente egipcio.
- El mundo es pequeño, joven príncipe - dijo Rachel sonriendo.
- Rachel, que gusto verte - dijo la princesa, Rachel volteo a verla.
- Es bueno verla, princesa - dijo Rachel suspirando - Una vez mas, me disculpo por mi actitud, no la trate como debía.
- Se por que lo hiciste... y lamento mucho tu perdida - dijo la princesa con lastima - De cualquier modo, disfruten la fiesta.
- Muchas gracias - dijo Rachel haciendo una reverencia.
Media hora después...
Elena llevaba buscando a su hermana por un largo rato, el príncipe también se ausento pero nadie le dio importancia.
- ¡Maestro, perdóneme la vida, por favor! - grito Simut mientras entraba a la sala corriendo.
- ¡Simut, ven para acá! - grito Paser persiguiéndolo.
De golpe, una tela cayo hasta el suelo y Simut la uso para escalar mientras la tela era subida. Al mirar arriba, las personas no podían creer lo que veían...
- ¡Amenhotep, ¿que haces ahí arriba?! - dijo Paser al verlo, sentado en una viga.
- ¡Por el momento, salvando la vida de Simut! - dijo el príncipe señalando a Simut.
- ¡Rachel, baja de ahí! - dijo Elena viendo a su hermana, quien disfrutaba estar sentada.
- ¡¿Por que?!¡Esto es genial! - dijo Rachel con una enorme sonrisa.
- ¡Simut, baja de ahí! - grito Paser aun viendo hacia arriba.
- ¡No hasta que prometa no matarme! - dijo Simut abrazando la viga como si su vida dependiera de ello.
- ¡Los tres, abajo, ahora! - ordeno la reina.
- ¡Ahh! - se quejaron dos de ellos, el restante solo tembló.
Rachel ato la tela a la viga y se deslizo por ella hasta llegar al suelo, Sumut hizo lo mismo y Amenhotep trato pero cayo... en los brazos de Rachel.
- Eres mas liviano que un saco de trigo y esos pesan una tonelada - dijo Rachel, el príncipe frunció el ceño.
Continuará...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora