Cuidados

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- ¡Déjalo en paz! - grito una mujer que se puso en frente de mi.
No se quien es ella pero agradezco que este aquí; mas personas se pusieron frente a mi para impedir su paso. Entonces, alguien pone su mano en mi hombro y la veo.
- ¡Levántese, rápido! - dijo Leila, yo obedecí a paso lento - ¡Gracias, Zafira!
- ¡Leila! - dijo Yunet (lo que sigue) - ¡Maldita hebrea, siempre arruinando todo!¡Espero que sufras!
- ¡Púdrete, Yunet! - dijo Leila para arrastrarme lejos.
Solo pude escuchar un par de "Asesina" y "Adultera" antes de perderle de vista finalmente. Corrimos un largo rato hasta que entramos a una casa.
- ¡Leila, ¿que pasa?! - dijo una mujer, entonces me vio - ¿No es el príncipe Amenhotep?
- Si, es el - dijo Leila haciendo que me sentara - Eliseba, fue atacado por una egipcia, trae ungüento.
- Enseguida - dijo la mujer buscando lo que Leila pidió, ahora se que se llama Eliseba.
Yo aun estaba aturdido y el miedo aun no se iba, solo deje que continuaran con lo que hacían mientras trataba de calmarme. Al final, tenia un par de vendas en las muñecas y ungüento en la mejilla.
- Muchas gracias - dijo Leila, entonces me las presento - Mi príncipe, ella es Eliseba, la mujer de Aaron; ella es Miriam, su hermana y ella es Jocabed, su madre.
- Mucho gusto - dije un tanto ausente.
- ¿Que fue lo que le paso? - pregunto Jocabed ¿preocupada?
- Yunet... - dijo Leila con odio - ella lo abordo y lastimo, supongo que quería vengarse por haber sido expulsada nuevamente.
- Esa mujer se lo gano, recuerden lo que Rachel y Moisés nos contaron sobre ella - dijo Miriam; ahora que lo pienso, no he visto a Rachel desde hace un par de días.
- Por cierto, ¿saben donde esta Rachel? - dijo Leila intuyendo que preguntaría sobre ella - Desde que fue liberada de la ejecución, no la he vuelto a ver.
- ¿Que?¿Ella fue una de las elegidas para ser ejecutada? - pensaba angustiado.
- Ella y mis hijos fueron a la ciudad para llevar a la mayor cantidad de egipcios a casa de su hermana y salvarlos de la plaga - menciono Eliseba, luego me miro a mi - Por cierto, ¿por que usted esta en la Villa? Sus padres deben estar preocupados.
- A mi madre no le importo... la escuche decir eso - murmure pero ella escucho perfectamente.
- Lo lamento mucho - dijo Eliseba dudando si abrazarme o no; al final, lo hizo.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora