Petición

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- ¿De que se trata? - pregunto el príncipe curioso.
- El sueño que tuviste tiene dos mensajes y ya se ha cumplido uno, falta el otro.
- ¿Debo decirles lo que paso? - dijo Amenhotep.
- Aun no... pero pronto.
- ¿Como sabre que ya es tiempo?
- Simple: cuando tu vida este en sus manos y la suya en las tuyas, sabrás que es momento de cumplir con tu parte.
- De acuerdo.
- Una cosa mas antes de irme... - dijo el ángel posando su mano por encima de la cabeza del príncipe - a partir de hoy, tendrás la misma protección que mi pueblo, la necesitaras muy pronto. Tu y Rachel empezaran a recordar su pasado, de esa manera tendrán la oportunidad de hacer en esta vida lo que no pudieron hacer en la otra.
Dios se convirtió en un ser de luz y volvió al Cielo junto con los demás ángeles. Rachel, al quedar libre, amenazo con caer pero Amenhotep la sujeto.
- ¿Estas bien? - pregunto Amenhotep.
- Eso creo - dijo Rachel parándose correctamente - ¿Que paso?
- Déjame pensar... un ángel tomo el control sobre ti y, junto con otros, derrotaron a los demonios, liberaron un alma del Infierno, Dios estuvo aquí y me bendijo - dijo el príncipe enumerando con los dedos.
- ¡Ahh!, ¿por que siempre me pierdo lo bueno? - dijo Rachel quejándose.
- No seas tan dramática - dijo Amenhotep, de golpe recordó - Por cierto, a partir de hoy, recordaras cosas de tu antigua vida.
- Genial - dijo Rachel ilusionada - ¿Te digo algo? Si llego a saber que en mi antigua vida era un hombre, no me sorprendería en lo absoluto.
- Ni yo - dijo el príncipe desviando su vista a su mano - Por cierto, ¿por que tienes esa venda en la mano?
- ¿Ah, esto? Es para ocultar mi marca de nacimiento, es extraña y todo el mundo pregunta por ella - dijo Rachel recordando.
- ¿Me la muestras? Prometo no preguntar - dijo el príncipe levantando las manos en señal de "Alto"
- De acuerdo - dijo Rachel resignándose. 
Rachel se quito la venda (imaginen esto en cámara lenta) y extendió su mano, revelando su marca. Amenhotep, al verla, se impresiona.
- Imposible - susurro para si mismo.
- ¿Que es imposible? - dijo Rachel que alcanzo a oírlo.
- E-Es imposible no preguntar por eso... p-pero hago el esfuerzo - mintió el príncipe nervioso - Por cierto, hiciste de mi fiesta un momento inolvidable... quedas invitada a la próxima.
- Con mucho gusto asistiré.
Continuará...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora