Danza

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POV Amenhotep
Mi Rachel, perdóname por hacerte llorar; se que te cuesta hablar de tu pasado por ser muy doloroso y me alegra haber sido el primero en ser el oyente de los mismos pero esta vez, yo te force a hablar y quiero compensarte... y creo saber como.
- ¿Quiere un nuevo collar? - pregunto Uri confundido.
- Si - dije un poco apenado - Hice algo malo que perjudico a una persona y quiero compensarla, quiero que el collar sea mas lindo que el de Kyomi pero debe ser secreto, no quiero dar explicaciones.
- Como desee, mi príncipe - dijo Uri poniéndose a trabajar.
Deje a Uri con su trabajo y fui a ver a la persona que amo: Rachel... que estaba ¿bailando? Sip, en definitiva estaba bailando.
- Madre, ¿que esta pasando? - pregunte al no entender nada.
- Le estoy dando clases de danza a Rachel ya que ella no baila en la Villa - dijo mi madre para luego susurrar - Parece que, al trabajar en la obra y ser considerada un hombre, si o si tiene que bailar la parte del hombre y eso lo siente extraño.
- Yo también me sentiría extraño si tuviera que bailar la parte de otro genero... - dije para mi mismo, Rachel volteo y me sonrió, haciendo que me sonrojara levemente - muy extraño.
- ¿Como lo hago? - dijo Rachel emocionada.
- Excelente - dijo mi madre satisfecha, parando todo - Es todo por hoy.
Rachel agradeció con una reverencia y mi madre se fue a sus aposentos. Me acerque a Rachel y le susurre "Baila para mi, en mis aposentos"; ambos íbamos allá cuando los gritos comenzaron.
- ¿Que esta pasando? - dije al escuchar los gritos, corrimos al Harem y vimos a todas con sarpullido en el cuerpo - ¿Y esto?
- ¡La sexta plaga! - dijo Rachel chasqueando los dedos - Ulceras y sarpullido incurable, todos deben tenerlo.
- ¡Kyomi! - grite al recordarla.
Los dos fuimos a verla y, al igual que sus padres, ella estaba cubierta de sarpullidos y mirándose sin entender nada.
- ¡¿Que esta pasando?! - dijo su padre muy molesto.
- Es una plaga, ulceras y sarpullido incurable - explico Rachel rápidamente.
- ¡¿Y por que ustedes no tienen nada?! - dijo su madre alterada.
- Yo no tengo nada porque soy hebrea y el tampoco... - dijo Rachel señalándome - porque Dios lo protege; desearía poder hacer algo por ustedes pero lo único que puedo hacer es limpiar sus heridas para evitar que se infecten. 
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora