La chica de los ojos vendados

Mi nieto

- ¿Como lo sabes? - cuestiono Caleb.
- Porque yo hacia eso cuando aun estaba ahí, solo que con mi hijo y mi mejor amigo - respondió Rachel con añoranza - Ellos murieron hace algunos años pero al menos tengo a mi nieto.
- ¿Y el sabe quien eres... o eras? - pregunto Jocabed curiosa, es la primera vez que escucho ese tono de voz suyo.
- No creo poder decirle, ¿te imaginas nuestra conversación? - dijo Rachel aclarando su garganta - "Hola, mi nombre es Rachel y soy la reencarnación de tu abuelo, mucho gusto"
- Lo entiendo sin el sarcasmo - dijo Jocabed frunciendo el ceño - ¿No crees poder convencerlo con... no se, detalles del pasado?
- El me contó todo lo que sabe sobre su abuelo así que no sirve de nada - dijo Rachl un tanto frustrada para luego bostezar - Mejor vamos a dormir, mañana es la boda de Bezalel y tengo que ir por su regalo.
- ¿De que se trata? - dijo Jairo curioso.
- ¿Prometes no decirle al novio? - cuestiono Rachel, Jairo asintió - Mañana me quedare en palacio a darles luz a los soberanos para que su padre pueda asistir a la boda, es lo que Bezalel mas desea.
- Tu si que sabes elegir los mejores regalos - la felicito Jairo para luego bostezar - Yo también estoy cansado, hasta mañana.
Nuevamente prepararon sus camas y se recostaron, a algunos les costo conciliar el sueño pero lo lograron. A la mañana siguiente, Rachel puso algunas cosas en un fardo y fue a por el pan.
- ¿Te mudas? - pregunto Bezalel al ver su fardo.
- No realmente - dijo Rachel acomodando mejor los canastos de pan - Necesito hacer algo en palacio, luego sabrás que.
No se quedo mas tiempo para no contar nada antes de tiempo, se apresuro a ir a palacio y, cuando lo hizo, repartió el pan y dejo sus cosas en algún lugar del Harem.
- Uri, debes ir a la Villa - fue lo primero que dijo Rachel, el mencionado la miro confundido - Tu hijo se esta casando, si te das prisa puedes llegar a verlos ponerse los anillos.
- ¡¿Ahora?! - dijo Uri un tanto ansioso - Alteza, ¿puedo ir?
- De acuerdo - dijo el rey pero antes de que Uri se fuera agrego - Ya que estas ahí, dile a Moisés que venga, estoy harto de esta oscuridad.
- Si, soberano - dijo Uri corriendo hacia la boda de su único hijo.
Continuara...