Leila al rescate

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- No pienses en eso - dijo Elena tomando mis manos - Deja de culparte; ya te redimiste, ya te arrepentiste, ya hiciste todo a tu alcance.
- Nunca conseguiré encontrar la paz... no deje de pensar en eso desde que paso, siempre me force a recordar para que no se repitiera nuevamente... no me importaba lo mucho que doliera... no quiero causar mas dolor a nadie - dije con la voz entrecortada - Cometí un error grave... que le costo la vida a alguien muy importante para mi... no podía perjudicar a su familia, por eso lo oculte... por eso me aleje.
Ella me abrazo y me consoló, yo no me solté en llanto del todo, no quiero que insista mas en este asunto porque si lo hace, yo le contare todo antes de tiempo. La plaga llego y empezaron a comerse la comida de los egipcios, lo que me hizo recordar algo: no lleve la comida de la cocina real a mi casa, ahora todos en palacio se quedaran sin comida. Voy a casa de Leila y pido hablar con ella a solas, ella acepta sin cuestionar.
- ¿Que ocurre, Rachel? - dijo Leila un tanto angustiada.
- Olvide pedirle a Gaiyi que llevara la comida de la despensa real a mi casa, ahora todo palacio se debe haber quedado sin comida - dije igual de angustiada.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - pregunto confundida.
- Quiero que convenzas a nuestras amigas de hacer pan y llevarlo a palacio, diles que es para ayudar a tus amigos que viven allá - dije para tomar sus manos - Mi pan es horrible y nadie sabe de mi relación con las personas de palacio pero tu si, no se negaran a un pedido de auxilio tuyo.
Leila estuvo de acuerdo conmigo, le explique lo que tenia que hacer y me fui a casa. Prepare un poco de comida que trajo mi hermana antes de la plaga y la envolví para que no se desparramara ni ensuciara; luego fui al horno y me quede charlando con las chicas hasta que ellos llegaron.
- Shalom - dijo Ana, su hermano estaba con ella y nos saludo con la mano - Vine a pedir un poco de pan, si no les molesta.
- Para nada, Ana - dijo Miriam poniendo pan en una cesta - Por cierto, ¿porque esta tu hermano contigo? No es que me moleste pero... nunca los veo salir juntos.
- Mi padre me prohibió salir de casa si no es con alguno de los dos, ya sabes... para protegerme - dijo Ana un tanto triste.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora