La chica de los ojos vendados

Adiós, suegro

Regrese a casa un poco... diferente, feliz. Antes de dormir, hable con mi hermana y su marido ya que Jonatan estaba dormido.
- ¿Te entendí bien? - dijo mi cuñado impactado - ¿Quieres hablar con mi padre?
- Así es - dije con simpleza - Creo que es momento de que hablemos finalmente, es hora de poner fin a esto.
- Como quieras - dijo mi hermana aun sorprendida.
- Bien - dije satisfecha - Iré después del trabajo, shalom.
Durante la noche, estuve recordando, tanto los buenos momentos como los malos y estuve reflexionando sobre mi vida. Al día siguiente, después del trabajo, fui al lugar y lo encontré en cama, tal y como Aten me lo describió. 
- Viniste... - dijo el con la voz débil pero feliz - realmente estas aquí.
- Vine a hablar contigo - dije, su sonrisa se borro - Estuve pensando, recordando, reflexionando; la ultima vez que te vi, hiciste algo que... me hizo tomar la decisión de darle una oportunidad a tu hijo; en el fondo sabia que era una buena persona. El sacrifico la buena vida que tenia, incluyendo sus creencias, lo cual me sorprendió. Las cosas cambiaron mucho desde ayer, no puedo salvar tu vida ya que, evidentemente, tienes una edad muy avanzada pero... puedo ayudarte a que te puedas ir en paz.
- No entiendo - dijo el confundido.
- Lo que quiero decir es... que a pesar del dolor que me causaste, tanto físico como emocional... yo te perdono... por todo.
La familia entera se sorprendió pero mi suegro empezó a llorar de alegría y yo también porque se que, al final, hice lo correcto.
- Rachel, eres una chica tan especial... a pesar de todo, lograste perdonarme. Yo aun me siento un poco culpable y quiero compensarte por todo lo que paso, por eso he decidido heredarle todo a mi hijo para que pueda darles una vida mejor a ti, a tu hermana y a mi nieto. Tengo la sensación de que estas por encontrar el amor, solo recuerda: el debe amar y aceptar TODO de ti. Cuando creas que es el indicado, muestrale tus ojos y, si no llegas a ver ni una pizca de temor en los suyos, sabrás que su amor es puro y sincero. Se feliz... cuídate.
Mi suegro cerro sus ojos y su corazón se detuvo, al final se fue en paz. Mi cuñado le hizo un entierro al estilo de su gente, ya que era su ultima voluntad, y nos fuimos a casa.
Continuará...