- ¡Maestro, maestro! - dijo Simut mientras corría hacia el mencionado, haciendo una pequeña reverencia - ¡Las ranas invaden la ciudad y están entrando a palacio!
- Hay veces en las que odio tener razón - dijo Rachel para si misma.
Las ranas entraron a la sala del trono, saltando cerca de cada egipcio de esa habitación; los únicos que estaban siendo rodeados pero no tocados eran Rachel y Amenhotep.
- ¿Como es posible que no salten cerca de ti pero de nosotros si? - dijo la reina tratando de no tocar ninguna rana.
- Soy hebrea, estas plagas solo atacan a los egipcios... - dijo Rachel para desviar su vista hacia Amenhotep y señalarlo - aunque no se por que el es inmune.
- Mi fiesta de cumpleaños - dijo Amenhotep recordando de golpe - Dios dijo que yo tendría la misma protección que los hebreos.
- Excelente, lastima que los soberanos no tengan la misma suerte - dijo Rachel caminando sin problema a la salida - Me retiro, vendré a entrenar cuando no haya plagas.
Rachel sabia que, con esta plaga, había muy pocas posibilidades de ser vista pero por si acaso salio por la puerta trasera. Fue a casa de su hermana y, en cuanto entro, su hermana se lanzo a abrazarla.
- ¡Rachel, estaba tan preocupada! - dijo Elena para romper el abrazo - ¡No vuelvas a hacer eso nunca!
- Lo lamento tanto, tenia que hacer algo - dijo Rachel para limpiar las lagrimas de su hermana junto con su maquillaje - Si no fuera por mi, el príncipe se habría perdido para siempre.
- Eres una heroína, Rachel. Todo el mundo hablaba de tu valentía... aunque algunos lo llamaron suicidio - dijo Madu, el amigo de Aten que aun no había conocido.
- No me sorprende - dijo Rachel entre pequeñas risas - Por cierto, ¿quien es el?
- El es Meushar, tu nuevo sobrino - dijo Elena presentándolos, Rachel se acerco y lo olfateo un momento.
- Así que tu eras el señuelo... un muy adorable señuelo - dijo Rachel entre pequeñas risas, todos se sorprendieron.
- ¿Como sabias que era el señuelo? Ni siquiera abriste el saco donde estaba encerrado - dijo Meushar confundido.
- Tu aroma es inconfundible, al menos para mi - dijo Rachel sonriendo - Cuando llevas tanto tiempo sin ver, aprendes a diferenciar. Por cierto, gusto en conocerte.
- Igualmente - dijo Meushar, su hermano se acerco.
- Tía, ¿juegas con nosotros? - dijo Yonatan haciendo ojitos.
- ¡Pido el cocodrilo! - dijo Rachel corriendo hacia los juguetes, los niños hicieron lo mismo.
Continuara...
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La chica de los ojos vendados
RandomAclaraciones: para leer esto tendrías que ver la serie de "Moisés y los 10 mandamientos" en Telefe. La portada no es mía, la saqué de Internet. Una persona inusual se cruza en el camino del príncipe Amenhotep y su vida cambia para siempre, tanto...