La ultima plaga parte 7/7

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- Rachel, ¿estas bien? - dijo Paser al socorrerme.
- No... - dije con la voz ahogada - estoy rota... ya no tengo ánimos de hacer nada.
- No hiciste nada para salvar a mi hijo - dijo el rey acusándome, por su tono parece estar un tanto ausente.
- El que podía hacer algo y no lo hizo era usted... - dije con un tono de rabia en mi voz pero no la alce - primero. Segundo, yo entre en palacio sabiendo que me matarían si era descubierta para llevarlo a mi casa para participar en el ritual... pero el no quiso venir... se sacrifico para que usted abriera los ojos... el único responsable de su muerte es usted.
- Nefertari me convenció de no ceder - se excuso el rey.
- Usted pudo haberla ignorado, el hacerle caso fue su decisión... y su mas grande error - dije finalmente para luego agregar - Moisés y Aaron están viniendo a palacio... termine esto de una buena vez.
- Eso haré - dijo el rey levantándose - Prométeme algo... - dijo, yo no conteste - prométeme que, aunque te vayas de Egipto, no dirás nada de lo que hiciste en palacio... a menos que tu pueblo sea atacado y debas defenderlos, en ese caso puedes hablar.
- Se lo prometo - dije sollozando.
El soberano no dijo nada, observo el cuerpo de su hijo una vez mas y se retiro. Yo, por mi parte, deje que Paser me consolara, el sabe lo que en verdad sentía por el. Cuando estuve mas tranquila, fui a casa de mi hermana, la cual me miro preocupada.
- Rachel, ¿que pasa? - dijo con ese tono dulce que siempre tiene su voz.
- Fracase... - confesé entre sollozos - no pude salvar al príncipe... - cuando me di cuenta de lo que dije, agregue - ni a Uri.
- Oh, Rachel... - dijo Elena abrazándome - no es tu culpa, yo se que lo intentaste.
- Ur, Leila y Bezalel están destrozados... ellos guardaban la esperanza de que el se uniera a ellos en la travesía por el desierto - dije frustrada y culpable a la vez - ¡Todo porque no fui capaz de decirles que Uri iba a morir!
Unos días antes de la plaga, yo tuve un sueño donde predecía la muerte de cada primogénito, incluyendo a Uri y Amenhotep. En verdad, yo deseaba poder equivocarme esta vez.
- Hay veces en las que, por no poder aceptar la realidad, el golpe nos duele el doble - dijo Elena rompiendo el abrazo - Aunque se los dijeras, ellos no se iban a rendir tan fácilmente... ¿tu lo hiciste?
Se que tiene razón, se que sabia que yo no me equivocaría... pero es que no podía quedarme de brazos cruzados, debía intentar al menos. Al menos el faraón nos dejo ir, eso significa que las plagas terminaran, finalmente.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora