Fantasía

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- Si quiere complacer a su marido, necesita hacer algo fuera de lo ordinario - dijo Rachel proponiendo su plan - Una especie de fantasía, que parezca un sueño y que, a la vez, no lo sea.
- No entiendo.
- Creo que con esto se explica solo - dijo Rachel sacando un vestido de bailarina.
- ¡¿Estas bromeando?! - dijo la reina exaltada.
- Ni siquiera dije lo que tiene que hacer - dijo Rachel haciendo el vestido a un lado - He observado a las bailarinas de la casa de Senet por años, ellas tienen la habilidad de hacer que los hombres toquen el cielo con la punta de los dedos; si quiere que su marido disfrute de su compañía como nunca antes, puedo enseñarle como.
- Te escucho.
Ambas se pasaron la tarde repasando lo que la reina debía hacer; al llegar la noche, la reina entro al cuarto y su marido se quedo con la boca abierta al verla.
- ¿Y esto? - dijo el rey anonadado por la belleza de su reina.
- No hables... y disfruta - dijo Nefertari con una sonrisa coqueta.
Nefertari comenzó a bailar (ver vídeo) mientras que se acercaba a Ramses de manera sensual (no hace falta que les diga el resto). Al día siguiente, la reina se reunió con Rachel, Karoma y Yunet.
- Díganos, ¿como le fue? - dijo Rachel con un tono pícaro.
- ¡Fue maravilloso! - dijo Nefertari emocionada - Ramses dijo que fue la noche mas mágica del mundo, que tenia a la reina mas maravillosa que un rey pudiera desear y todo eso gracias a ti.
- ¿Por que?¿Que hizo? - pregunto Yunet confundida.
- Me dijo todo lo que tenia que hacer para darle a mi marido una noche inolvidable y funciono - dijo Nefertari muy contenta, luego miro a Rachel - Eres una genio.
- Solo hice lo que sabia que la haría feliz.
Yunet la miro con desprecio por ser el centro de atención actual de su hija y comenzó a idear un plan para sacarla del camino.
- Es una maravillosa idea - escucho decir a lo lejos Yunet - ¿Usted quiere ir?
- ¿Que cosa? - dijo Yunet desconcertada.
- Los reyes y sus hijos irán al rió Nilo, ¿usted quiere ir? - repitió Rachel.
- Por supuesto - dijo Yunet y, por curiosidad, agrego - ¿Tu iras?
- Por desgracia no puedo, cualquiera que me viera me reconocería al instante - dijo Rachel parándose - Aprovechare para lavar la ropa, que les vaya bien.
- Hasta la noche, Rachel - se despidió Karoma.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora