Confesión a presión

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Me puse nerviosa al instante, mi hermana me conoce de pies a cabeza y si miento, ella se da cuenta... como ahora, que mis manos tiemblan.
- F-Fue un accidente, te lo juro - dije con la voz ahogada, mi voz es casi un susurro.
- Creo que no debiste haber hablado - susurro Abiu a Nadab, ¡por supuesto que no debió haber dicho nada!
- Rachel, ¿que fue lo que paso? - insiste Elena, siento que casi no puedo respirar.
- E-Eran mis primeros días de trabajo, todo estaba bien... hasta que solté unas piedras por accidente - casi no puedo hablar pero me fuerzo a hacerlo - Apuki me grito por eso, yo le grite porque esa es mi forma de contestar, e-el me iba a golpear con su látigo pero su hijo apareció de la nada y... y... - no puedo, realmente no puedo seguir.
- ¿N-No me estarás diciendo que el...? - dijo ella impactada, incapaz de terminar la oración.
- ¡Jairo recibió el latigazo por mi! - dije sujetando mi cabeza y sollozando - Ese grito... nunca salio de mi cabeza.
Abrace a mi hermana (que aun estaba en shock) y rompí en llanto; no me importa que todos me estén viendo, solo quiero sacar todo este dolor que he estado cargando desde hace muchos años.
POV Narradora
Todos estaban impactados por lo que acababan de oír; Elena abrazaba fuertemente a su hermana como nunca antes lo había hecho, Aaron se acerco a ellas.
- Elena, tu hermana no esta en condiciones de seguir... - dijo el sabiendo que se estaba condenando por decir lo siguiente - déjame contar el resto.
Elena lo miro con una mezcla de sorpresa y rabia - ¿Tu lo sabias?
- Yo estuve presente cuando paso - dijo Aaron con los ojos cristalizados - Cuando eso paso, yo fui corriendo a ver como estaba y note que su herida sangraba mucho. Yo lo cargue en mis brazos para llevarlo a casa de mi madre cuando Rachel me dijo que fuéramos a la casa de el; en ese momento yo no sabia como es que sabia donde vivía pero no me importo, Jairo era nuestra principal preocupación. Cuando llegamos, lo recostamos en su cama y curamos su herida como sabíamos hacerlo. Judith y Ana llegaron mas tarde; Judith casi se vuelve loca cuando le conté lo que paso y, justo como si lo hubiéramos convocado, Apuki apareció por la puerta. En ese momento, Jairo levanto fiebre, temblaba mucho, su rostro palideció y, en cierto momento, dejo de moverse... lo revise y afirme lo que mas temía...

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Jairo había muerto.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora