La chica de los ojos vendados

Rescate

La consolé un rato mas y le explique que debía salvar a los demás egipcios que estaban afuera; también le prometí a la señora Tais que traería a su familia para salvaguardar sus vidas. Una vez afuera, fui por una de las entradas secretas y entre a palacio. Busque a Amenhotep pero su aroma había desaparecido así que fui corriendo a los aposentos de los reyes a avisarles.
- ¡Amenhotep no esta en el palacio! - dije en cuanto entre, la reina y Radina me miraron asustadas - ¡Su aroma se desvaneció, debió haber salido!
- ¡¿Con esta plaga?! - dijo la reina alterada - ¡¿Y donde estará ahora?!
- ¡No lo se! - dije al borde del pánico - ¡Ni siquiera se porque salio!
- ¡Rachel! - dijo Radina llamando mi atención - ¡¿Existe alguna posibilidad de que el haya ido a buscarte a tu casa?!
- ¡Maldición! - dije sujetando mis cabellos entre mis dedos - ¡El no sabe donde vivo y tampoco sabe que estoy aquí, puede estar en grave peligro!
- ¡Averigua donde esta y con quien! - ordeno la reina, yo asentí y use mi gran olfato para rastrearlo.
- ¡Lo encontré! - dije al cabo de unos minutos, aliviada - Esta con Leila en un lugar seguro, eso por un lado. Por el otro, debo salvar la vida de los egipcios de la ciudad.
- ¿Y mi hijo? - dijo Nefertari preocupada.
- Lo traeré cuando la plaga termine, no me puedo arriesgar a que me descubran. No se preocupe, esta en buenas manos - dije para tranquilizarla y luego salí a buscar a los hijos de Aaron para que me ayudaran.
- Pero no sabemos donde vive tu hermana - respondió Nadab una vez que les conté mi plan.
- Yo los guió pero por favor, ayúdenme - les pedí.
Los 4 asintieron (Nadab, Abiu, Itamar y Oseias) y fuimos a la ciudad; encontramos a una pareja y los convencimos de que los llevaríamos a un lugar seguro. Ellos, por miedo, nos siguieron.
- Esta es su casa - dije marcando su puerta con una cruz - Busquen a mas personas y tráiganlas aquí, yo haré lo mismo. Cuento con ustedes.
Me despedí de los chicos y fui a casa del señor Meketre; entre y vi que el abrazaba a sus hijos con mucha fuerza. Cuando se dio cuenta de mi presencia, me miro con molestia.
- ¿Que haces aquí? - dijo el señor Meketre con veneno en su voz.
Continuara...