La ultima plaga parte 6/?

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POV Amenhotep
Se me partía el corazón tener que dejar a Rachel pero tenia que hacerlo, de otra forma mi padre jamas abriría los ojos. Llegue al cuarto y mi madre me miro impactada, de seguro esperaba que me fuera.
- Amenhotep, ¿que haces aun en palacio? - dijo ella susurrando - Debiste haberte ido con Rachel, ese era el plan.
- Los planes son otros, madre - susurre en el mismo tono para que mi padre no me escuchara - Debo hacer esto.
- P-Pero... si te quedas aquí, morirás - dijo mi madre con los ojos cristalizados.
- Si con eso mi padre abre finalmente sus ojos y hace lo correcto, estoy dispuesto a entregarle mi vida a ese ángel destructor - dije decidido mientras la abrazaba - Perdóname madre pero esto tiene que pasar.
Pasaron unos minutos y la deje ir, ella se fue al otro cuarto, seguro para "hablar" con mi padre. Me senté en la cama y espere a que vinieran, no tardaron mucho.
- Amenhotep, tienes que ir a la Villa - dijo mi padre alterado.
- Ya es tarde, padre - dijo mirando el techo - El ángel ya esta aquí.
Los dos salieron corriendo, seguramente al balcón para ver si lo que decía era cierto. No necesito ver al ángel para saber que vino, puedo sentir el frió colarse por mi espalda. Los pasos de mis padres se escucharon cerca cuando un manto de luz se colo en mi cuarto, seguramente el ángel. Mire a mis padres con una sonrisa triste, levante mis manos al cielo y dije...
- Dios mio, te entrego mi vida para que hagas con ella lo que quieras.
El manto de luz me atravesó y cada vez mas sentía que el aire me faltaba, la visión me fallaba y sentí que mi cuerpo se ponía frió de golpe. En algún momento, todo se puso negro, creo que llego mi hora.
POV Rachel
A pesar de que mi casa estaba bastante lejos de la ciudad, podía oír bastante bien los gritos de dolor de los padres que perdieron a sus hijos, los corazones de ellos dejando de latir y sobretodo... el de él. Como sea, no podía dejar a estas mujeres con sus hijos en mi casa, debía llevarlas al Harem... y así lo hice. Cuando ellas llegaron, los oficiales corrieron a abrazar a sus hijos y besar a sus esposas. Yo fui al cuarto de los soberanos y vi como la reina abrazaba el cuerpo de mi amado con Paser consolándola. Apenas di unos pasos y me desplome en el suelo, recién ahí se percataron de mi presencia.
Continuara...

La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora