Juicio

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Cuando Bankenmut llego, Rachel estaba sentada en la mesa, sola. A el le extraño eso pero no le importo, se la llevo de todos modos. En cuanto llego, el rey hablo.
- Rachel... se te acusa de seducir indebidamente al futuro heredero al trono... - decía sin poder creer las palabras que pronunciaba - ¿como te declaras?
- Inocente, soberano - dijo Rachel tratando de aguantar la risa - ¿Que pruebas tiene contra mi, de todos modos?
- El general Bankenmut los vio besándose en el pasillo hace dos días - dijo Yunet, Rachel chasqueo los dedos y sonrió.
- ¡Ah, ese beso! - dijo Rachel divertida, todos la miraron confundido - Ahora recuerdo: Amenhotep me dio un papiro con algo muy especial escrito y yo, emocionada, lo abrace y lo bese ¡en la mejilla, tarado! - dijo en dirección al general, luego busco en su bolso el papiro y lo extendió hacia Paser - Aquí esta, pueden leerlo si quieren.
- "Querida Rachel: es bueno oír de ti después de tantos años. Espero verte de nuevo, tengo tanto que contarte y se que tu también tienes cosas que decirme. Por cierto, lamento mucho lo de tus padres, en serio me agradaban. Como sea, espero que estés bien en la medida de lo posible. Con amor: Ezequiel" - leyó Paser.
- Se durmió abrazando ese papel - agrego Amenhotep.
- No es divertido - dijo Rachel con una sonrisa, irritada - Como sea, yo no hice nada de lo que se me acusa.
- Increíble - dijo rey suspirando - Todo esto para nada.
- No del todo. Fui acusada y ahora acusare yo - dijo Rachel poniéndose seria de un momento a otro y apuntando a Yunet - ¡Yo acuso a esta mujer de atentar contra la vida de la princesa Henutmire!
- ¡Eso es mentira! - se defendió Yunet.
- ¡Ella murió de día y la plaga termino de noche, ¿como lo explica?! - dijo Rachel - ¡Yo estuve con ella antes de su muerte!
- ¡Dijiste que no llegaste a encontrarla! - dijo el rey indignado.
- Lamento que mis palabras fueran malinterpretadas - dijo Rachel respirando hondo - Dije que no llegue a avisar cuando la halle, no hable con ella directamente para que no sospecharan pero Moisés me dijo que no había comido nada por miedo a ser envenenada ¡por ella!
- ¡No es cierto! - dijo Yunet tratando de mantener la calma, estaba perdiendo y eso lo sabia.
Continuara...


La chica de los ojos vendados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora