Alisa Black

La Maldición de Alisa

El sábado se levantó muy temprano para adelantarse al estadio después de desayunar George la alcanzo unos minutos después cuando estaba a solo dos metros de llegar.

-Alis – en cuanto se paró frente a ella le faltaba el aliento – te estaba siguiendo, necesitaremos suerte y pensaba que quizá tu...

-¿Quieres un beso de la buena suerte? – le pregunto bromeando y cuando él se puso rojo cual tomate Alis le dio un pico, era el primer beso que daba aunque no sintiera que fuera a contar – mucha suerte George – antes de ir a buscar un lugar para mirar el partido le acomodo el pelo.

-Yo... esto – dedicándole una sonrisa lo dejo ahí plantado para ir en busca de un lugar para ver el partido.

En cuanto el equipo salió los de las tribunas vitorearon enérgicamente y cuando el partido comenzó todos estaban atento, Alisa pasaba los ojos de Harry a Fred y George, George la miraba ocasionalmente y ella le sonreía y gritaba para animarlos.

Aunque de pronto se dio cuenta de que algo andaba mal.

-La bludger está encantada, los de Slytherin deben estar haciendo trampa – le soltó a Dae en cuanto el juego se detuvo por petición de Gryffindor – no ha dejado de perseguir a Harry, pareciera que quiere tirarlo de solo a él.

-Si es así no me queda duda de que debió ser Draco.

-No... no creo, no creo que pudiera – miro a Draco y luego Flint – debió ser Flint, él es el capitán.

-Es demasiado sospechoso Alis – Dae se hizo un visor con las manos para intentar enfocar a los de Gryffindor y ella volvió a mirar a Draco que miraba ahora en su dirección con una sonrisa de suficiencia, ¿y si había sido él? – ya vuelven.

El resto del juego Fred y George se despegaron de Harry y cada que la bludger le pasaba casi rosando a ella se le iba el alma al piso "Por favor que acabe" se repetía en un mantra.

-Harry – la voz le salió cortada, las cosas habían pasado muy rápido. La bludger le había golpeado el brazo, Harry había ido tras la snitch y la había cogido en el último momento casi llevándose a Malfoy con el cuándo callo rodando de su escoba y entonces ella salió corriendo lo más rápido posible para alcanzarlo en el campo de juego.

Se inclinó para levantarle la cabeza en su regazo y Lockhart la siguió colocándose frente a Harry mientras este recuperaba el conocimiento.

-¡Oh, no, usted no! – gimió Harry.

-No sabe lo que dice – exclamo Lockhart con una sonrisa –. Que nadie se preocupe: voy a inmovilizarle en brazo.

-¡No! – dijo Harry –, me gusta como está, gracias

Harry intento incorporarse, pero el cuerpo lo venció y su cabeza volvió a caer en el regazo de Alisa.

-Tranquilo Harry te llevaremos a la enfermería – y mientras hablaba sonó un clic que los hizo voltear.

-No quiero que tomes fotos, Colin – Harry parecía molesto porque levanto la voz.

-No te preocupes Harry no es más que un sencillo hechizo que eh empleado incontables veces.

-Prefiero ir a la enfermería.

-Así debería hacerse, profesor – dijo Wood, sin poder dejar de sonreír y Alisa lo fulmino con la mirada cuando dijo –. Fabulosa jugada, Harry, realimente espectacular, la mejor que hayas hecho nunca, yo diría – y entonces Alisa comenzó a murmurar soltando palabrotas en ruso insultando a Wood.