Compromisos

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La sopa de papa que Molly le había mandado se calentaba en la estufa mientras Alis revisaba los otros recipientes en busca de algo sólido, un pastel de carne sin riñones la esperaba tentador. Alis se sirvió una porción. Comió tranquilamente, lavo los platos y tomo una taza de té mientras se relajaba escuchando un viejo disco de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, la mujer cantaba de una forma tan espléndida y el hombre la complementaba tan bien que Alis se perdió en sus voces.

Alis regaba las plantas cuando el timbre sonó, por alguna razón y sin darse cuenta se miró al espejo y arreglo un poco su pelo, tenía un aspecto pálido, demacrado y triste, se pellizcó un poco las mejillas aquello era lo mejor que podía hacer con su aspecto así que abandono a la joven rubia de ojos grandes que la miraba desde el otro lado del espejo y se dispuso a abrir la puerta, no sin antes aferrarse a la varita.

Un muchacho alto rubio, pálido de ojos grises y aspecto cansado esperaba en el porche con las manos en los bolsillos. Draco abrió mucho los ojos al verla, no parecía esperar que ella le abriera la puerta.

-Pasa – le sonrió ligeramente, aun consternado Draco entro –. ¿Quieres tomar una taza de té? – él asintió y Alis se apresuró a servirle y a bajar el volumen de la música hasta que solo quedó un leve susurro de fondo –. Por tu cara... tu madre no te dijo a quién visitarías.

-Mi madre no me dijo nada – le confeso –. ¿Qué hace aquí? ¿Qué está sucediendo?

-Te lo voy a explicar enseguida – suspiró Alis sentándose a su lado en el sofá.

-Te escucho.

-Es un poco complicado, veras, te mentí, el año pasado cuando te dije que yo no tenía el poder de controlar a los animales, Dumbledore no quería que nadie lo supiera y por ciertas circunstancias nos enteramos de que Voldemort iba por mí, quería averiguar si contaba con el mismo don que mi abuelo, por eso te mentí, la Orden necesitaba que yo eliminara ese riesgo, por eso era importante que tu pensaras que yo no lo tenía.

-¿Pero por qué mentirme? Sabes que yo jamás te traicionaría.

-No importa, tu padre averiguó la verdad.

-¿Cómo es eso posible? Te juro que yo le dije...

-Confió en ti – lo tranquilizó –. La cosa es que lo averiguo y como sabía que Voldemort iría por ti, no me mires así ya llegare a esa parte – Alis le explico lo ocurrido en Azkaban y concluyo con una confesión –. Le mentí a tu padre, no necesitaba negociar el que te protegiera, lo hubiera hecho de cualquier forma, en fin, voy a ayudarte.

-¿A ayudarme? – pregunto muy sorprendido.

Alis se acomodó sobre su costado para mirarlo mejor y le tomó las manos.

-Te voy a ayudar con lo de... no dejare que te pase nada, te ayudare a cumplir la misión que Voldemort te asignó.

-Estás loca, ni siquiera sabes de qué se trata ¿acaso crees que te mezclaría en esta historia? Olvídalo, lo que te dije el año pasado no ha cambiado ni un poco.

-Sí sé, sé lo que te pidió Voldemort...

-Por favor deja de decir su nombre, es imposible que lo sepas a menos que... mi madre.

-Por favor Draco, te lo ruego déjame ayudarte, no podrás hacerlo solo, lo sabes, lo sabes. Voldemort solo te pidió que lo hicieras porque sabe que fallaras, quiere que mueras y así castigar a tu padre, pero yo no puedo dejarte solo en esto.

-¿Tan poca fe me tienes?

-No se trata de fe sino de coherencia, sentido común, confió en ti.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora