El Peor Lunes

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Alis llegó junto con Ron al aula de adivinación que como siempre estaba repleta de mesitas de finas patas que llenaban desordenadamente la habitación; la luz que proyectaban las lámparas cubiertas con pañuelos, y la del fuego de la chimenea, que ardía con lentitud y desprendía un desagradable olor eran muy tenues. Alis y Ron se fueron a sentar junto a Harry en una de las mesitas del fondo.

-Hermione y yo ya hemos dejado de pelearnos – aseguró al sentarse junto a Harry, y Alis abrió mucho los ojos sin saber lo que ocurría.

-Me alegro – gruñó Harry.

-Pero Hermione dice que le gustaría que dejaras de descargar tu mal humor sobre nosotros – añadió Ron.

-Yo no...

-Sólo te repito lo que ella me ha dicho – aclaró Ron sin dejar que Harry acabara –. Pero creo que tiene razón. Nosotros no tenemos la culpa de cómo te traten Seamus o Snape.

-Yo nunca he dicho que...

-¿Seamus te está molestando? – le pregunto Alis con el ceño fruncido.

-Buenos días —saludó la profesora Trelawney con su sutil y etérea voz, y Harry se interrumpió –. Y bienvenidos de nuevo a Adivinación. Como es lógico, durante las vacaciones he ido siguiendo con atención sus peripecias, y me alegro mucho de ver que han regresado todos sanos y salvos a Hogwarts, como yo, evidentemente, ya sabía que sucedería.

»Encima de las mesas encontrarán sus ejemplares de El oráculo de los sueños, de Inigo Imago. La interpretación de los sueños es un medio importantísimo de adivinar el futuro, y es muy probable que ese tema aparezca en su examen de TIMO. No es que crea que los aprobados o los suspensos en los exámenes tengan ni la más remota relevancia cuando se trata del sagrado arte de la adivinación, porque si tienen el Ojo que Ve, los títulos y los certificados importan muy poco. Con todo, el director quiere que hagan el examen, así que...

Su frase quedó en suspenso, y los alumnos comprendieron que la profesora Trelawney consideraba que su asignatura estaba muy por encima de asuntos tan insignificantes como los exámenes.

-Abran el libro por la introducción, por favor, y lean lo que Imago dice sobre el tema de la interpretación de los sueños. Luego siéntense en equipos y utilicen el libro para interpretar los sueños más recientes de sus compañeros. Pueden empezar.

Lo único bueno que tenía aquella clase era que no duraría dos horas. Cuando todos terminaron de leer la introducción del libro, apenas les quedaban diez minutos para la interpretación de los sueños. En la mesa contigua a la de Alis, Harry y Ron, Dean había formado pareja con Neville, quien de inmediato emprendió un denso relato de una pesadilla en la que aparecían unas tijeras gigantes que se habían puesto el mejor sombrero de su abuela; Alis, Harry y Ron se limitaron a mirarse con desánimo.

-Yo nunca me acuerdo de lo que sueño – dijo Ron –. Cuéntame tú algún sueño que hayas tenido, Harry.

-Seguro que recuerdas alguno – replicó Harry con impaciencia –. Oh quizá Alis...

-Mis sueños se han limitado a revivir sucesos traumáticos – miento a medias –. No creo que haga falta un libro para revelar su significado.

-Bueno, la otra noche soñé que jugaba al quidditch – confesó Ron haciendo muecas mientras intentaba rescatar aquel sueño de su memoria –. ¿Qué creen que significa?

-Pues que te va a comer un malvavisco gigante, o algo así – sugirió Harry mientras pasaba distraídamente las páginas de El oráculo de los sueños.

Buscar fragmentos de sueños en el libro era un trabajo aburridísimo, y Alis no se sintió nada contenta cuando la profesora Trelawney les mandó escribir durante un mes un diario de los sueños que tenían. Cuando sonó la campana, Alis, Harry y Ron fueron los primeros en salir del aula y bajar la escalera; Ron gruñía sin parar.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora