¿Fantasmas del Pasado?

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El director no parecía molesto y no le grito como Alis quería que lo hiciera, en realidad fue ella la que hablo de manera más alterada.

-Es mi culpa señor, si yo no hubiera perdido el tiempo... si hubiera puesto más atención, yo debía hacerlo entrar en razón, pensé que...

-Tranquila Alisa – la tranquilizo el director con voz serena –, no te culpo a ti, en realidad tampoco culpo al muchacho, pero me parece que si tendré que pedirte que interfieras sin miramientos. Me parece que el joven Malfoy está desesperado, sus actos me indican que cada vez tiene más miedo y es que cometí un error que ya no puedo remediar, no debí pedirte que interfirieras de esta forma en un principio tomando en cuenta los sentimientos que el joven Malfoy guarda por ti, ahora está más desesperado que antes y es más peligroso para sí mismo y para los demás, te ofreciste a hacer el trabajo por él, ¿me equivoco?

-No, le dije que a mí no me asustaba ensuciarme las manos, teniendo en cuenta que yo... bueno claro que le explique que no me refería a que él no tuviera el valor de hacerlo.

-Cómo te repito Alisa el error fue mío, si desde el principio hubiera tomado en cuenta los sentimientos de él joven Malfoy no habría subestimado lo que estaba dispuesto a hacer por amor, oh sí, Alisa el ser humano es capaz de hacer muchas tonterías por amor y más cuando se trata de proteger a alguien que se ama, intuyo que Draco Malfoy habrá pensado que si él no se encargaba de una vez por todas, tú harías su trabajo y él no podía permitir que hicieras algo así, y no por vanidad sino por amor.

-Hablaré con él profesor, le prometo que no volverá a pasar, que no dejare que nadie más salga herido lo haré entrar en razón y aceptar la ayuda del profesor Snape.

-Imaginaba que dirías eso, ahora no te quito más el tiempo, creo que tu lugar en este momento es a lado de tu amigo.

-Gracias profesor.

Alis paso la noche en la enfermería, aquello había aliviado un poco su culpa, pero no del todo y en cuanto la señora Pomfrey la corrió, argumentando que si no dormía no podría seguir ayudando, Alis fue a buscar a Draco.

Lo encontró en la sala de menesteres cerca de una hora después, tras recorrer el castillo por tercera vez.

-Te estaba buscando – le dijo.

-Te ves terrible, ¿estás bien?

-Solo muy agotada, pase la noche en la enfermería cuidando a Ron.

-¿Cuidando a Weasley?

-Sí, ya sabes lo importante que son los Weasley para mí, Ron es como mi hermano, sabes que crecí con él y Ginny y son demasiado importantes en mi vida, por eso quería hablar contigo, estuve reflexionando, pensé en gritarte, incluso en terminar contigo y en no volverte a dirigir la palabra, pero luego lo pensé bien y antes de hacer nada quiero hablar contigo como gente civilizada.

-¿Pero qué...?

-Tú hiciste llegar la botella de hidromiel envenenada a Slughorn ¿o me dirás que me equivoco?

-Él debía llevársela a Dumbledore...

-No lo puedes culpar a él, Draco, teníamos un trato, me contarías tus planes, pero estas actuando a mis espaldas y Ron pudo morir, uno de mis mejores amigos pudo morir ayer Draco, porque tú fuiste un inconsciente, si hubieras confiado en mí, te habría dicho que Slughorn se habría quedado con la botella, que Dumbledore detectaría el veneno enseguida, yo misma lo detecte solo con oler la copa, no puedes seguir actuando a mis espaldas, no puedes.

-Lo siento...

-No basta con que lo sientas – le dijo derramando lágrimas de frustración –. Necesito que me prometas que ya no me ocultaras más cosas y que te confiaras a Snape, entiende una cosa, tú no vas a matar a Dumbledore, tú no eres un asesino, así que escoge, dejas que Snape se encargue o que yo me encargue, pero tú no vas a matar.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora