El Final de las Fiestas

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Alis, pasó casi una hora en la bañera sin embargó el agua comenzaba a enfriarse y realmente no quería pescar un resfriado en lo que restaba de vacaciones por lo que salió para poder vestirse, su ánimo se reflejaba en el abrigador pijama de cachemir rosa chillón que se había puesto, Ginny solía llamarlo el pijama de la depresión, primero pensó en no bajar a cenar, pero luego recordó que evitar los problemas solo traía más problemas y tras ponerse una sudadera bajó hacia la cocina.

-Podríamos mandarle una caja llena se escarabajos – escuchó decir a Fred.

-Oh una bomba fétida que explote cuando abra el sobre, una con aroma especialmente horrible y difícil de disolver – opino George.

-Oh una bomba de polvos verrugosos.

-Anda y podríamos agregar pus de babotubérculo sin diluir Hermione dice que es muy doloroso y...

-Y no le van a enviar nada de eso a Percy – intervino Alis entrando en la habitación de los gemelos.

-Alis – Fred se sobresaltó y bajo de la cama de un brinco –. Yo... que torpe olvide que mamá me quería en la cocina para esa cosa... sí, los espero abajo – en cuanto Fred se esfumó Alis cerró la puerta y se sentó en la cama frente George quedando solo a unos centímetros de distancia.

-¿Me haces un favor? – le pregunto ella acomodándose un poco más cerca entre las piernas dobladas de él.

-¿Qué? – le pregunto con el ceño fruncido.

-No empiecen una vendetta contra Percy, nunca pensé que pudiera fijarse en mí, pero quizá le estaba dando falsas señales y no me di cuenta...

-Deja de culparte por esto – la regaño –. Tú no tienes la culpa de que Percy sea un idiota arrogante, engreído, petulante, cabeza hueca, egocéntrico, mal agradecido, cobarde y ambicioso canalla.

-¿Canalla? – le pregunto ella con una mueca divertida en los labios.

-Sin verguiza, pelmazo o cretino como quieras llamarle para mi está bien.

-Confundido –sopeso –. Creo que Percy está confundido, ya sabemos que es un alzado y un poco idiota, creo que se esforzó tanto por destacar que se olvidó de porque quería hacerlo en un primer lugar – Alis recargo su cabeza contra la rodilla de George y espero a que este le dijera algo, pero él parecía estar pensándolo con rigurosidad mientras ella lo contemplaba –. Por favor – le pidió mirándolo a los ojos después de unos minutos de silencio –. No podría perdonarme a mí misma si sé que por mi culpa la relación entre Percy y tu (y evidentemente Fred) empeora, hazlo por mí – le rogó -, olvida este incidente ¿puedes?

George se incorporó un poco más sobre sí mismo para quedar a unos centímetros rostro con rostro.

-Lo olvidaré si me prometes que no volverás a ir a buscarlo, no quiero que vuelva a hacerte daño – le acaricio la mejilla.

-Mientras Percy no reaccione a las evidencias – asintió –. Te prometo que no buscaré problemas.

-Tu no buscas problemas – la beso –. Los problemas te persiguen, como los chicos.

-No es como que yo me lo proponga – le confesó avergonzada –. Tampoco es que tenga mucho de especial – George soltó una risita y le acarició el perfil de la cara y los hombros.

-Eso es parte de lo especial que eres – le beso la punta de la nariz –. No te propones serlo, solo lo eres, ni siquiera te das cuenta de ello, pero aun así eres especial. Eres amable, hasta con quien no se lo merece, vez la bondad en la gente que parece no tenerla y la aprecias, eres un cielo, pero tienes agallas – le acarició el cuello socarronamente y ella rió –. Eres valiente, obstinada, inteligente, talentosa, guapísima, divertida – le perfiló los labios con el pulgar –. Impulsiva, un imán de problemas y a veces una buscapleitos – se burló –. Tienes un carácter complejísimo y a la vez muy sencillo de apreciar, sin contar que sobre la escoba ¡uf! – echó la cabeza hacia atrás para exagerar el gesto –. Tu sola belleza atrae a la gente, hermosa, pero lo que realmente hace que te vuelvas irresistible para todos es que tienes todas esas cualidades que a veces pareciera que ni notas.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora