La Visita

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La celebración duró hasta bien entrada la noche, solo terminó cuando la profesora McGonagall fue a mandarlos a la cama a eso de las dos de la madrugada y la verdad es que a Alis no le vino mal recostarse, se durmió tras algunos minutos de última charla con Ginny, le contó la conversación del día anterior con Cedric y ella le contó que Daevid había estado muy distante desde hacía unos días, parecía preocupada, pero se quedaron dormidas al poco rato.

Esa noche Alis soñó con su padre.

-Mi niña – escuchó el sollozo de un hombre, esa voz que debía ser la de su padre – mi querida niña – la mano tibia y un poco áspera de un hombre se deslizó por su mejilla y Alis abrió los ojos, esperando que no fuera un sueño y sintiéndose muy mal por arruinarlo si así era.

-Papá – el hombre parado frente a ella tenía los ojos atormentados y llenos de lágrimas, Alis trato de incorporarse, pero él se lo impidió poniendo una mano en su hombro.

-Mi dulce niña – le beso la frente – te quiero – Sirius tomó la cortina de la cama para volverla a correrla y marcharse.

-Yo también te quiero – no supo si él la había escuchado, pero dejó caer algunas lágrimas, él la quería, no podía dejar que se fuera así, quería irse con él – papá – se levantó rápido de la cama.

-¡AAAAAAAAGh! ¡NOOOOOO! – escucho un grito, que le paró el corazón, lo habían visto, sin pensarlo tomó su bata y corrió escaleras abajo poniéndosela torpemente.

-Papá – lo llamó por última vez, pero Sirius se había ido y sin dejar rastro, Alis se sintió desesperada, quiso salir corriendo tras él, pero de pronto escucho pasos.

-¿Quién ha gritado? – escucho las voces soñolientas.

-¿Qué hacen?

Alisa vio a Harry y Ron seguidos de Daevid, Seamus, Neville y Dean, la sala común estaba apenas iluminada por los restos del fuego y llena de restos de la fiesta, los chicos miraron a Alis como si fuera un fantasma, no entendían qué hacía ella ahí.

-Escuche... escuche el grito – se explicó un poco asustada de que alguien sospechara.

-¿Estás seguro de que no soñabas, Ron?

-¡Les digo que lo vi!

-¿Por qué arman tanto escándalo?

-¡La profesora McGonagall nos ha mandado a acostarnos!

La sala común comenzaba a llenarse, las chicas bajaban poniéndose las batas entre bostezos.

-Estupendo ¿continuamos? – pregunto Fred animado.

-¡Todo el mundo a la cama! – ordenó Percy, entrando a la sala común y poniéndose mientras la insignia de delegado en el pijama.

-Percy... ¡Sirius Black! – dijo Ron, con voz débil – ¡En nuestro dormitorio! ¡Con un cuchillo! ¡Me despertó! – Alisa se quedó pálida, inerte, Fred y George se apresuraron a arrastrarla a un rincón.

-¡Absurdo! – dijo Percy, con cara de susto – Has comido demasiado, Ron. Has tenido una pesadilla.

-Te digo que...

-¡Vamos, ya basta!

Llegó la profesora McGonagall. Cerró la puerta de la sala común y miró furiosa a su alrededor.

-¡Me encanta que Gryffindor haya ganado el partido, pero esto es ridículo! ¡Percy, no esperaba esto de ti!

-¡Le aseguro que no he dado permiso, profesora! – dijo Percy, indignado – ¡Precisamente les estaba diciendo a todos que regresaran a la cama! ¡Mi hermano Ron tuvo un pesadilla...!

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora