Maestra de Piano

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Alis se quedó dormida unos minutos después y Sirius sonrió, con un movimiento de la varita mando todas sus cosas a la habitación y luego cargó a su hija en brazos, era algo que nunca había creído que podría experimentar, el llevar a su pequeña en brazos hasta su cama y arroparla porque se había quedado dormida mientras le leía.

A la mañana siguiente Alis se despertó con un horrible sonido que venía de una de las habitaciones, era un teclado desafinado.

-¡Gavrel! – el grito de Lev la sacó de su momento de despereza, se levantó de la cama molesta y salió dispuesta a reñirlo.

-¿Así es como se despiertan usualmente en esta casa? – Lev estaba en ropa interior y parecía tan furioso como ella –. ¿Qué no conoces los pantalones? – el muchacho la miró y muy avergonzado volvió a su habitación sin decir nada.

-Lo lamento – le dijo la voz de Gavrel –. Estaba intentado aprender a tocar el piano – Alis sonrió, el niño estaba en un curioso pijama y se veía adorable.

-Ese no es un piano, es un teclado y está horriblemente desafinado, déjalo, si me das unos minutos te puedo enseñar un poco de lo que recuerdo en el piano de abajo.

-¿De verdad?

-Claro, era muy buena hace unos años, no garantizo nada, pero podemos intentarlo.

-Gracias – el pequeño volvió a su habitación y Alis sonrió.

Tras descubrir que la cuarta puerta si se trataba de un baño decidió tomar una rápida ducha, diez minutos después ya se encontraba vestida secándose el pelo y atándoselo en una coleta descuidada.

Al mirar el reloj se encontró con que eran las nueve, no era realmente temprano, pero parecía que todos estaban cansados y no había movimiento en la casa, cuando paso frente a la puerta de Moody se aseguró de no pisar muy fuerte porque no quería perder un brazo.

No era que se sintiera realmente cómoda, pero no iba a esperar a que alguien le preparara un café, puso la tetera en la lumbre y fue a limpiar lo que quedaba del desastre de su padre.

-¿Ya podemos iniciar? – le preguntó Gavrel muy entusiasmado.

-Claro dame un segundo – se tardó dos minutos en preparar su café y dejarlo sobre la mesita auxiliar más cercana al piano, Gavrel vigilaba todos su movimientos y cuando se sentó junto al en el banquito el niño contuvo la respiración.

-No tengo ni idea de cómo enseñarte las notas yo me guio por las partituras y los dibujos, pero si sabes cómo suena una tecla en una canción y la relacionas con los dibujos es cosa de práctica, primero te voy a enseñar la canción más fácil, Fur Elise de Beethoven.

Alis acaricio las teclas del piano y se encontró como en casa, sus dedos recordaron rápidamente el camino que debían recorrer y para el minuto dos de la pieza ya no ponía atención a nada más que a las teclas, no había recordado lo bien que se sentía tocar hasta que se encontró moviendo los dedos rápidamente por las teclas.

-¿Eso es lo fácil? – le preguntó Gavrel con la boca abierta.

-Es lo primero que yo aprendí a tocar, toquemos en dueto ¿quieres?

-¿En dueto es cómo?

-¿Viste que toque una tecla rápidamente en repetidas ocasiones?

-Sí, está – toco la tecla que Alis le indicaba.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora