La Venganza de Rita

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Una de las mejores consecuencias de la prueba fue que después todo el mundo estaba deseando conocer los detalles de lo ocurrido bajo el agua, lo que supuso que por una vez Ron compartiera el protagonismo con Harry. La versión que Ron daba de los hechos cambiaba sutilmente cada vez que los contaba. Al principio dijo lo que había pasado realmente: Dumbledore había reunido en el despacho de la profesora McGonagall a todos los futuros rehenes y, después de asegurarles que no les pasaría nada y que despertarían al salir del agua, los había dormido mediante un hechizo. Una semana después, sin embargo, Ron contaba un emocionante relato de secuestro en el que se enfrentaba él solo a cincuenta tritones armados hasta los dientes, que habían tenido que reducirlo antes de poder atarlo.

-Pero yo tenía la varita oculta en la manga – le aseguraba a Padma Patil, que parecía haberse vuelto más amable con Ron cuando éste se convirtió en el centro de atención, y le hablaba cada vez que se cruzaba con él por los corredores –. Si hubiera querido, podría haber raptado yo a esos atontados.

-¿Cuándo los ibas a raptar? ¿Mientras se morían de risa? – le preguntó Hermione mordazmente. Estaba muy irritable porque le tomaban mucho el pelo a propósito de que fuera ella la persona a la que Viktor Krum más valoraba.

Ron enrojeció hasta las orejas, y en adelante retomó la primera versión de los hechos.

Había empezado marzo, y el tiempo se hizo más seco, pero un viento terrible parecía despellejarles manos y cara cada vez que salían del castillo. Había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino. El viernes a la hora del desayuno para sorpresa de Alis habían regresado las tres lechuzas, las dos del colegio con pequeños pedazos de pergamino y Strix con una carta en forma de su prima.

La nota de Remus solo decía: Habla con Dumbledore, te quiero. La de Sirius era igual de corta: Hogsmeade mañana a las dos. Alis no supo si sentirse ofendida o sentirse aliviada por la pequeña pizca de interés de aquellas notas. Las dos lechuzas del colegio se fueron una vez Alis les quito los recados y Strix se quedó parada en su hombro por lo que Alis le entregó un pedazo de tocino.

Querida Alis:

Sé que estarás muy confundida por muchas cosas que están pasando sin embargo TODO tiene una explicación, créeme cuando te digo que no hay nada en esa mujer que valga la pena. No es momento de indagar. Lo sabrás todo muy pronto. Te lo prometo.

También te quiere Nymphadora.

Hasta la fecha era la carta más corta que su prima le había enviado, Alis reparó en la mujer de su sueño. La otra le había mencionado a los Longbottom, ¿Qué relación podían tener esa mujer Bella y los Longbottom?, Remus le había aconsejado hablar con Dumbledore y Sirius ¿La había citado en Hogsmeade?

-Alis – la llamó Hermione –. Mira, mira.

Alis se acercó a ellos y Harry le mostró una carta casi igual de corta que la suya.

Vayan al paso de la cerca que hay al final de la carretera que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges) el sábado a las dos en punto de la tarde. Llevad toda la comida que puedan.

-¿Estará en Hogsmeade?

-Eso creemos – le dijo Harry.

Alis se quedó pensativa, quería ver a su padre, pero sabían que el sábado sería el día perfecto para ir a hablar con Dumbledore sin que nadie lo supiera. Bueno Dumbledore no se iría a ningún lado el domingo después de todo.

Cuando bajaron a la mazmorra para su última clase se encontraron con los de Slytherin amontonados en un círculo, se reían por lo bajo con muchas ganas. La cara de Pansy asomó por detrás de la ancha espalda de Goyle y los vio acercarse.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora