Lo que Había Adentro

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Los entrenamientos con Ojoloco se convirtieron en una rutina. Mientras la relación con su abuelo y los muchachos iba mejorando, Sirius ya había ido y venido a varias reuniones para llevar y traer noticias, la verdad es que a Alis no le parecía correcto que ocultaran las cosas a Harry, su miniatura de dragón a quien Gavrel había descubierto y apodado como Paige, regreso poco antes del cumpleaños de Harry por lo que Alis no tuvo más opción que mandarla de vuelta enseguida con una carta informándole de algunas cosas como lo ocurrido con el Opaleye y su desacuerdo con no poder sacarlo de Privet Drive, lo único que pudo mandarle fue una caja de galletas recién horneadas que había preparado con ayuda de su muchacho favorito, Gavrel.

-Es un secreto Gav – le dijo cuándo reenviaron al dragón a escala –. Harry no parece muy animado – le dijo mientras leía la carta –. Quiere respuestas y yo no se las puedo dar.

-Estás haciendo tu parte aquí, has avanzado mucho, la verdad es que eres de la mejores, eres buena con los hechizos y lo de las criaturas de te da de maravilla.

-Aún necesito respuestas, Feddei me está dando largas.

-Creo que él no sabe por qué se te da tan bien mientras a los demás nos cuesta tanto trabajo.

-Ya es hora de que vaya a ver a Michelle, no quiero llegar tarde, nos vemos en un rato.

Una de las cosas que más disfrutaba Alis era poder visitar a Michelle y a sus nietos, ellos eran pocas de las personas apegadas a la realidad y que no trataban de esconderse del resto del mundo.

-Creo que sé porque a mí me ha costado menos – les dijo Alis por fin después de meditarlo con una taza de té –. Lo leí en libro que me regaló el profesor Snape, los Tamers obtiene su poder de sus emociones, entre más fuerte sean más desarrollan la habilidad, cuando lo de la acromántula yo estaba muerta de miedo, y eso fue lo que me ayudó, cuando el gusarajo exploto yo estaba furiosa al igual que cuando controle a el profesor Snape por un segundo.

-Con el hipogrifo también debiste estar asustada – añadió Sophi –. Porque temiste por ese muchacho.

-Con los dragones habías estado teniendo emociones muy fuertes por el Torneo.

-Exacto, y con las otras criaturas me salió natural, ya había enfrentado a una acromántula me sentía confiada.

-La más curiosa es la esfinge.

-En realidad era muy amable, creo que solo quería ayudarme.

-Alis – le dijo Michelle con una sonrisa dulce –. Una de las cosas que no se dice mucho, pero que es lo más importante del poder de los Tamer es que no solo controlamos a las criaturas, creamos vínculos con ellas, por eso la esfinge te protegió, una conexión muy importante se creó en el momento en el que tu amor por ese joven fue más fuerte que lo demás.

-¿Cómo?

-Cedric no era solo un compañero o un amigo cómo has estado hablando de él, tus ojos no mienten querida y noto el esfuerzo que haces para contener las lágrimas cuando hablas de él ¿Ese collar que llevas contigo te lo dio él?

-Sí, cuando cumplimos un año.

-Deberías abrirlo, creo que Cedric aún no te ha dicho sus últimas palabras. Yo creo que lo que realmente te ha estado impulsando todo este tiempo es el amor, no hay nada más fuerte que eso, el amor a tu padre, a tus amigos, a Cedric, ese fue el motor principal, el miedo de perderlos porque los amas, por eso a los niños aquí les cuesta tanto trabajo desarrollar su poder.

-Se sienten tan seguros que no tienen miedo de perder a los que aman.

-No hay más secreto que ese – asintió Michelle –. ¿Sabes de donde provienen los Tamers?

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora