Los Duelos

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-¿A dónde vamos? – le pregunto.

-Lechucería, hoy el profesor Snape no se encuentra disponible para ayudarme – le comento.

-¿Quieres practicar conmigo?

-Pero intenta poner un poco de resistencia – le dijo divertida –. Entrar en tus recuerdos siempre es demasiado fácil y tengo que aprender a controlarme.

-Hare lo posible, yo también necesito ayuda.

-¿Con qué?

-Estaba pensando en un duelo – le dijo con picardía –. Tú también querías aprender a usar algunos hechizos ¿no? Snape se ahorraría tiempo si llevas práctica.

-Cedric, Cedric, Cedric – le dijo sonriendo y negando con la cabeza –. Desde que Flint me ataco a traición en primero comprendí que una no puede andar por la vida sin saber defenderse adecuadamente, así que no sabes en lo que te estas metiendo.

-Mejor así, serás una digna oponente.

Tras mandarle una lechuza a Sirius asegurándole que no tenía que preocuparse por ella porque Cedric parecía su siamés aquellos días y expresándole su desconfianza por Moody, se fueron directo a una de las mazmorras más amplias, arrinconaron todo lo que les estorbaba y se prepararon para comenzar con un experimento que Alis había decidido realizar con Cedric sin mencionárselo, usaría la Legeremancia para vencerlo en su duelo y mataría dos pájaros de un tiro.

-¿Lista? – le pregunto antes de ponerse en posición.

-Lista – para ese punto Alis no necesito la varita para usar la Legeremancia, le fue fácil colarse en la mente de Cedric, quizá porque su cuerpo se sentía amenazado inconscientemente.

-¡Locomotor Mortis!

-¡Protego!, ¡Titillando! – a Cedric no le dio tiempo de repeler el hechizo por lo que las manos que salieron de la varita de Alis comenzaron a hacerle cosquillas.

-Muy bien – le dijo recuperándose de la risa.

-¿Seguimos? – le pregunto sonriendo.

-Bien.

-Cuando estés listo – Cedric asintió.

-Sin trampa esta vez – le guiño el ojo –. Sé que estás viendo mis pensamientos, cuando lo haces siempre tengo esa sensación como si estuviéramos conectados.

-Estaba haciendo un experimento – le confesó.

-Seguramente funcione con alguien más.

-Tendría que probarlo – sonrió.

-¿Lista?

-Sí – Cedric no uso palabras comenzó a lanzarle hechizos a diestra y siniestra, Alis apenas tenía tiempo de pararlos.

-¡Colloshoo! – Alis se quedó pegada al piso antes de poder hacer nada sin embargo fue entonces cuando Cedric bajo la guardia.

-¡Descendo! – el muchacho cayó al suelo estruendosamente –. Nunca hay que bajar la guardia cariño.

-Lo tendré en cuenta la próxima vez – Alis trato de moverse, pero sus zapatos seguían pegados al suelo.

-Bueno, libérame – Cedric se puso en pie y camino hacia ella con una sonrisa maliciosa –. Vamos.

-La verdad es que no tengo muchas ganas de hacerlo.

-No seas payaso – lo riño – no es divertido Cedric, libérame.

-En un momento – la sujetó por la cintura y la beso –. Creo que podría usar este hechizo sin problemas contigo, sería una buena forma de evitar que te metieras en líos.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora