El Reencor

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La despedida en la estación de trenes fue muy emotiva, Alis se despidió de todos sus amigos sin saber si los volvería a ver en mucho tiempo, cuando llegó la hora de despedirse de Harry, Ron, Hermione y Ginny se sintió especialmente triste a pesar de que sabía que los vería pronto.

-Cuídate Harry – le pidió abrazándolo con fuerza –. Ya nos veremos en unas semanas, y me contaras lo que ocurrió en... bueno me contaras todo, yo aún tengo algo que contarles, pero bueno... no es el momento – lo volvió a abrazar –. Nos veremos pronto – le dijo a Hermione –. Ten cuidado –. Supongo que a ustedes los veré más pronto, pero aun así – Alis abrazó a Ginny y Ron al mismo tiempo –. Tengo que irme – les dijo mirando a Remus que la esperaba a unos metros –. Los quiero.

Remus decidió que en esa ocasión era más conveniente marcharse en tren, eran muchos y la estación no les quedaba lejos de casa, para cuando llegaron al pueblo, todo estaba muy oscuro, dejaron a Dae en su casa y luego se fueron por el sendero de un kilómetro bosque adentro, a pesar de que nadie tenía mucho apetito cenaron juntos.

-No es justo – dijo Misha mirando su vaso de leche como si este lo hubiera ofendido de la peor manera –. Andrey se queda.

-Ya lo hablamos Misha – suspiro Alis.

-Es lo más seguro para ustedes – argumento Remus.

-Nosotros no estaríamos tranquilos si se quedan aquí por lo menos mientras se decide la suerte del colegio – tercio Andrey.

-Además – añadió Alis – Lev no se queja.

-Eso es porque su novio va con nosotros – se quejó Misha.

-Eso aún no lo sabemos, los padres de Daevid vendrán en una hora y hablaremos del tema.

-Pero si Daevid no va Lev tampoco – chillo el muchacho.

-Lev es mayor de edad y no podemos obligarlo a nada, pero...

-Yo también seré mayor de edad en menos de un mes.

-Pero mientras no lo seas tienes que obedecer – le dijo Alis con voz cansina.

-¡Tú nunca obedeces! – le reprocho el muchacho en un grito.

-¡Mandándolos lejos por un tiempo estoy obedeciendo! – exclamó Alis exasperada –. ¡Dumbledore los nombro mi responsabilidad Misha! ¡Y desde que perdí a Sirius no he hecho otra cosa que obedecer órdenes, porque no quiero volver a perder a nadie! ¡Maldita sea! – se levantó de la mesa haciendo caer la silla hacia atrás –. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estoy aterrada? ¡Sí, lo estoy, Dumbledore está muerto y ya no hay quien nos diga qué hacer! ¡Así que tratamos Misha, tratamos! – con la cara contraída por las emociones Alis salió al jardín dando un portazo.

-Yo voy – dijo Tonks con un suspiro y se levantó para seguir a su prima, no sin antes volcar su vaso –. Es normal sentir miedo – le dijo a Alis que contemplaba el cielo nocturno.

-No tengo miedo por mí – le confesó –. No me da miedo morir Tonks, me da miedo perderlos, a ellos, a ti... ¿Qué voy a hacer si eso pasa?

-Vas a ser muy fuerte – le dijo rodeándola con un brazo –. Como lo has sido hasta ahora, vas a ser la más fuerte, yo no puedo decirte que lo entiendo, he sido muy afortunada, tengo a mis padres, te tengo a ti y ahora tengo a Remus, en gran parte gracias a ti – le sonrió –. Tú has perdido a mucha gente que a tu edad no deberías haber perdido, has pasado por cosas horribles, pero sigues aquí, y seguirás aquí aun si todos los demás caemos porque siempre habrá alguien, algo por lo que seguir.

-No quiero ser el último soldado en pie Tonks, quiero ser uno de los muchos soldados en pie.

-¿Me enseñas tu mano? – le preguntó su prima con cariño, Alis levantó la mano derechas y Tonks soltó una risita –. La otra – Alis dudo un segundo, pero lo hizo, Tonks examino el hermoso anillo con el zafiro  cuadrado central rodeado de pequeños diamantes –. A mí me parece que es demasiado ostentoso, pero es muy bello.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora