Lunatica

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Alis se despertó con la voz de Molly, que dejó de parecerle dulce en el momento en que comenzó a regañarlas por lo tarde que era.

-Ni siquiera podrán desayunar ¡Oh Alis aún no guardaste esto! – le dijo a la recién levantada joven cuando observó un montón de ropa sobre la cómoda.

-Ya lo guardo, solo faltaba eso, ya lo guardo – se frotó los ojos y sin ver mucho por donde comenzó a vestirse.

-Y tu pelo, tenemos que arreglarlo – Alis sintió un escalofrío y de pronto se encontró de nuevo con su cabellera rubia sin rastro del rosado.

Ya enfundada en sus jeans frunció el entrecejo al percatarse de que su blusa no aparecía y se encontraba caminando de un lado a otro de la habitación en sujetador mientras sus amigas arrastraban sus baúles a la entrada.

Un estallido resonó y de pronto Alis se encontró con George.

-¡Oh por Dios sal de aquí! – le gritó Ginny y George que estaba completamente rojo así lo hizo.

A Alis le causó una risita, mientras por fin encontraba su blusa y se la ponía.

-Deben dejar de aparecerse así – dijo Hermione molesta.

-Da igual – dijo Alis quitándole importancia –. No creo que vuelva a hacerlo.

-Permíteme dudarlo – respondió Ginny.

En la casa había mucho alboroto. Fred y George habían encantado sus baúles para que bajaran la escalera volando, ahorrándose así la molestia de transportarlos, y éstos habían golpeado a Ginny y la habían hecho bajar dos tramos de escalones rodando hasta el vestíbulo; Walburga y Molly gritaban a voz en cuello.

-¡... PODRÍAIS HABERLE HECHO DAÑO DE VERDAD, IDIOTAS!

-¡... MESTIZOS PODRIDOS, MANCILLANDO LA CASA DE MIS PADRES!

George se apresuró a ayudar a Alis con su baúl mientras Molly curaba a Ginny.

-Lamento lo de hace un rato – le dijo colocando el baúl sobre el resto apilados junto a la puerta, Alis dejó a Strix a un lado de estos y este la miró con recelo por la vuelta de invasión de su jaula.

-Vamos Alis, Fred y George Remus los está esperando Ginny tú también.

-¿En dónde está Sirius? – preguntó mientras la empujaban a la puerta y de pronto se encontró con que su padre le guiñaba un ojo al otro lado del vestíbulo y le hacía una señal para que saliera.

-Gavrel y Misha están con Daevid – gruño Lev.

-Son tu responsabilidad Lev, eres el mayor y tendrás que cuidar de ellos, Alis no es su niñera personal.

-Desafortunadamente – le dijo Lev con picardía y George lo miró mal.

-¿Quieres repetirlo?

-Ya George, vamos no es momento.

-¡Dense prisa! – los llamo Remus.

Alis se apresuró a seguir a Remus y entonces se encontró con que Dae y los Frost también irían con ellos.

-Moody quiere que rodeemos la plaza así que es mejor que nos demos prisa o no llegaremos.

-¿Por qué no cogimos un taxi? – pregunto Alis sofocada tras ir de subida por una calle aleatoria hacia la estación.

-Pensé que te gustaba caminar – sonrió Remus –. Por cierto gracias por las túnicas.

-Por fin las encontraste – le devolvió la sonrisa –. Esperaba que lo hicieras antes.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora