Ecos

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La cafetería Magnolia no era muy bonita, pero era privada porque se encontraba en la terraza de un segundo piso, el reloj marcaba las tres diez cuando Alis llegó, su querida tía la esperaba sentada en una mesa apartada de las pocas personas que había, tenía un aspecto tan demacrado como el de Alis, pero a diferencia de ella, Narcisa no sufría por la muerte de Sirius sino por el arresto de Lucius. La joven se sentó sin ningún protocolo frente a la mujer rubia, pálida y de ojos azules que en otra época le había parecido guapa.

-Pensé que no vendrías – Alis le sonrió con desdén por toda respuesta antes de ordenar una taza de café americano, no dijo nada hasta después del segundo sorbo.

-Dime querida tía Cissy, ¿cuándo le mandaste a Kreacher a mentir a Harry de verdad pensaste que iban a salir impunes?

-Draco no sabía nada de esto... yo no pensé que Sirius fuera a... que Bella fuera a... – Alis trono la lengua con cierta diversión.

-Mira no hacen falta excusas, no me importa, ¿te culpo por la muerte de Sirius? Solo un poco, pero vas a pagar tu condena como tu marido dentro de poco, ¿quieres conocer el trato o te conformas con las instrucciones para mantenerlos seguros?

-Quiero saber el trato que hiciste con mi marido – dijo no muy convencida.

-Protección para ti y para Draco – Narcissa la miro impactada –. No me mires así tía Cissy, llevo años protegiendo a Draco a pesar de que es un cretino, no me importaba, pero ustedes lograron que mis ganas de proteger a su hijo se evaporaran.

-¿Eres igual que tu abuelo? – más que una pregunta era una afirmación, Alis asintió y a Narcisa se le llenaron los ojos de lágrimas –. Entonces de verdad puedes protegerlo.

-Y a ti también Cissy, pero en el momento en que mi padre murió la seguridad de Draco y ahora la tuya tienen un precio.

-Te daremos lo que sea, cuanto quieras...

-¿Crees de verdad que me importa el dinero? – Narcisa la miro confundida –. Ya sabes que no lo necesito, no me importa en lo absoluto, lo material me da lo mismo, no Narcisa, no me interesa el poder, ni nada de eso, lo que quiero – le dijo acercándose un poco más a ella – es venganza, quiero a Colagusano y a Bella en charola de plata con una manzana en la boca para meterlos al horno y rostizarlos como los cerdos que son.

-¿Lucius te prometió...?

-Tu vida y la de Draco aseguradas a cambio de silencio y venganza es un buen trato, pero si te apetece cambiarlo o cancelarlo dejare que te las arregles con la ira de Voldemort tu sola – Narcisa se encogió en su silla –. Como le dije a Kreacher que debía comunicarte, su querido amo va por Draco, es una ingeniosa forma de castigar a Lucius por haber fallado en recuperar la profecía y dejado que lo atraparan en el intento – Alis vio un destello en los ojos de su tía –. Ya sé lo que estás pensando, pero si me vendes a mí por Draco la Orden ira derechito por ustedes – le sonrió –. No solo eso, tu hijo lo sabrá y te odiara porque antes de servirle a Voldemort me quitaría la vida, además de que bajo mi protección – le susurro –. Estarán seguros sin importar el bando vencedor, así que no seas tonta Cissy, sin la profecía Voldemort ya perdió, la pregunta aquí es ¿Qué estas dispuesta a sacrificar por tu hijo?

Narcisa la miro, lo estaba pensando, analizaba las probabilidades. Pero no era necesario, Alisa tenía razón y ella estaba dispuesta a todo para proteger a su único hijo.

-¿Puedes darme unos días? – Alis asintió, no le importaba que su tía le confirmara lo que ya sabía, pero la hacía feliz, si se podia decir de esa forma, pensar en su tormento interno por vender a su hermana.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora