Sospechas

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Los dos días siguientes pasaron sin grandes incidentes, a menos que se cuente como tal el que Neville dejará que se fundiera su sexto caldero en clase de Pociones. El profesor Snape, que durante el verano parecía haber acumulado rencor en cantidades nunca antes conocidas, castigó a Neville a quedarse después de clase. Al final del castigo, Neville sufría un colapso nervioso, porque el profesor Snape lo había obligado a destripar un barril de sapos cornudos.

Después de esa misma clase el profesor Snape le había pedido que lo acompañara a su despacho.

-Me enteré del incidente con el señor Malfoy – le dijo con voz calma.

-Fue un accidente, el ataque no iba dirigido a mí.

-Eso ya lo sabía, aun así no puedo permitir que un alumno de mi casa agreda a una de sus compañeras, el señor Malfoy tendrá su castigo.

-No me voy a quejar por ello.

-También me enteré del asunto con el Ministerio.

-En algún momento sospeche de usted.

-Se le ocurrió primero a otro – dijo el profesor Snape con una media sonrisa.

-Fue más el susto que la consecuencia.

-Y me temo que eso es lo más importante – dijo Snape poniéndose serio – ¿sabes en donde ha estado Lupin todo este tiempo?

-Trabajando.

-No precisamente, el asunto del Ministerio fue una amenaza, ¿no le pareció raro señorita Black que cuando Lupin se enteró de que resultó herida en el disturbio de los Mundiales no fuera corriendo a su encuentro?

-Yo...

-¿O que no se presentara en toda la semana en casa de los Weasley ni en la estación de trenes?

-¿Qué me está queriendo decir profesor Snape?

-Que a Lupin lo tienen contra la espada y la pared desde que decidió meterse en donde no le habían llamado, le sugiero que mantenga los ojos abierto este curso señorita Black, porque no puedo vigilarla todo el tiempo, tuve que informar a Lupin del incidente, pero me asegure de que supiera que solo había sido un fuego cruzado, manténgase alejada de la enfermería.

-¿Quién está amenazando a mi tío?

-Me pareció entender que se trata de un viejo ¿cómo decirlo?, "Conocido"

-¿Co...?

-Tómelo a su criterio – la interrumpió Snape –. ¿La espero el viernes después de clases en la mazamorra o este año no le interesa seguir con las particulares?

-Estaré ahí – le confirmó Alis – quizá necesite aprender a preparar cosas más difíciles este año.

-Creo que tengo lo adecuado para comenzar.


Los de cuarto curso de Gryffindor tenían tantas ganas de asistir a la primera clase de Moody que el jueves, después de comer, llegaron muy temprano e hicieron cola a la puerta del aula cuando la campana aún no había sonado. La única que faltaba era Hermione, que apareció puntual.

-Vengo de la...

-... biblioteca – adivinó Ron –. Date prisa o nos quedaremos con los peores asientos.

Y se apresuraron a ocupar cuatro sillas delante de la mesa del profesor. Sacaron sus ejemplares de Las fuerzas oscuras: una guía para la autoprotección, y aguardaron en un silencio poco habitual. No tardaron en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos de Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrorizador como siempre. Entrevieron la garra en que terminaba su pata de palo, que sobresalía por debajo de la túnica.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora