El Reflejo del Patronus

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Esa noche Alisa se enteró de algo que le helo la sangre, Harry y Ron le contaron sobre una conversación que habían escuchado en Las Tres Escobas el día que fueron a Hogsmeade

El primer ministro Cornelius Fudge, la profesora McGonagall, el profesor Flitwick y Hagrid le contaban a Madame Rosmerta la dueña del bar toda la historia detrás del encarcelamiento de Sirius, se quedó tan pálida como la nieve que caía fuera y fue incapaz de retomar el hilo de la conversación, ni siquiera pudo volver a articular una palabra, no era capaz de juntar dos letras.

-No entiendo cómo pudieron enterarse – caminaba de un lado a otro mordiéndose las uñas – Harry no debió enterarse por esos medios ni así... debo hacer algo – Fred y George no dejaban de seguirla con la mirada, pero sin decir nada.

-Tranquila Alis, lo importante es que encontremos una forma de demostrar la verdad, así podremos...

-¿De qué tanto hablan? – Cedric se había aparecido en el rincón del jardín en el que habían estado ocultos. No había hecho un gran trabajo –. Pareces un poco alterada.

-Cedric...

-Hola Diggory – lo saludaron Fred y George sin muchas ganas.

-Hola chicos, no parecen muy animados.

-Estamos hablando de los exámenes, no se me da muy bien la Herbología...

-Pero si eres la mejor estudiante de todo Hogwarts.

-No exageres, solo me esfuerzo – a pesar de la dimensión de su conversación no había podido evitar sonrojarse – Hermione casi siempre termina superándome.

-Si necesitas ayuda yo podría ayudarte.

-Muchas gracias Diggory...

-Pero nosotros nos encargaremos.

-Ya... entonces te veré más tarde – Cedric le dio un beso en la coronilla antes de marcharse un poco desanimado.

-¿No puede pasar sin ti o qué?

-George, Cedric es mí... no seas tan duro con él por favor, solo quiere ser atento.

-¿Le has contado algo?

-Son los únicos alumnos de Hogwarts que saben quién es mi padre, nadie más necesita enterarse por ahora.

-¿Tienes planeado contarle?

-No lo sé, quizá algún día.

-¿Así que no es un romance de curso y ya?

-Por favor chicos, no estamos aquí para hablar del tema, prometieron ayudarme, pero entenderé si quieren dejarlo – Alisa miro la hora en su reloj preocupada – comuníquenme su decisión mañana en la cena, tengo otros asuntos que atender ahora mismo – sin esperar una respuesta de su parte los dejo plantada, estaba atardeciendo y Remus le había pedido que lo viera en su despacho como a eso de las seis treinta, no sabía de qué se trataba, pero parecía que no era ninguna nimiedad.

Estuvo ahí poco antes, Remus parecía agitado.

-¿Qué pasa?

-Estaba trabajando en algo.

-Ya veo, ¿qué era eso de lo que querías hablarme?

-Quería saber si podías ayudarme.

-¿Ayudarte en qué?

-Harry necesita algo de ayuda con los dementores, no soy lo que se dice un experto, creo que tú has aprendido algo sin embargo la práctica no te vendría mal, ¿puedo hacerte una pregunta, cariño?

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora