Los Sentimientos Guardados

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Cuando se despertó la luz las farolas entraba por la ventana y el cielo estaba en penumbra. Un pequeño alboroto se estaba montando en la planta de abajo y Alis tras ponerse una sudadera sobre la polera sin mangas bajo a ver qué sucedía.

-¿Qué pasa aquí? – preguntó Alis a los gemelos a Misha y Lev que parecía furiosos.

-Mamá nos pidió que los llamáramos a cenar – dijo Fred con inocencia fingida.

-La gente civilizada toca a las puertas – gruño Andrey que acababa de salir de la habitación tosiendo.

-¿Bomba fétida? – pregunto Alis y tras ver a Gav salir con la cara verde lo supo –. Es su forma de darles la bienvenida – le dio una palmadita a Misha en el hombro –. ¿Qué hay de cenar muchachos? – pregunto a Fred y George bajando con ellos hacia el vestíbulo.

-Muslos de pollo y puré de patatas.

-También vi un gran pastel de chocolate con betún de melaza y empanadas de atún.

-Mamá piensa que estas muy delgada.

-Yo creo que he ganado musculo – les dijo poniendo fuerza en su brazo.

-Mejor no molestarte ¿no? – sonrió Fred –. Y a riesgo de hacerlo ¿Qué sabes tú de los planes de la Orden?

-Bastante, ¿y ustedes?

-Estamos dispuestos a hacer un trueque de información.

-No creo que sepan más que yo, ¿Qué les contó Molly?

-Que estuviste en Rumania con Charlie todo este tiempo y entonces de pronto te apareció esta familia, ¿Cuántos años tiene tu abuelo?

-Setenta poco más poco menos, fue una sorpresa que siguiera vivo y una aún mayor que tuviera una nueva familia.

-¿Tu nueva abuelita es muy joven?

-No hay nueva abuelita, los chicos son adoptados.

-Entonces no tienen ningún parentesco sanguíneo.

-Pues no uno muy cercano al menos, puede que tengamos los mismos antepasados, pero es difícil saberlo, lo que sé es que ellos y yo tenemos el mismo talento para con los animales.

-Entonces no eres la única.

-No, afortunadamente tengo más conciencia de mis orígenes ahora y de cómo manejar mis habilidades, la verdad es que no puedo hablarles mucho de ello, cosa de Dumbledore.

-Tú no nos puedes salir con eso – protesto Fred.

-Pues no sé qué esperan que les diga, Dumbledore me pidió que mantuviera esto en secreto, habría salido mejor si estos cuatro bobos no se hubieran colado, ya metí la pata no voy a enterrarla más.

-Que poética – la incordio Fred.

-¿No hay nada que puedas decirnos? – preguntó George.

-No por ahora – le guiño el ojo, claro que tenía intención de contarle, pero en su medida y en su tiempo.

Los chicos entraron poco después de ellos a la cocina con una pinta muy mala en comparación a su habitual semblante jovial y fresco. Alis tampoco creía verse muy bien teniendo en cuenta que se había tenido que recoger el pelo enmarañado con una goma para mantenerlo un poco a raya.

-¿Cómo dormiste? – le pregunto Remus.

-Bien – le sonrió Alis y se inclinó para darle un beso en la mejilla –. Tú te ves peor que yo, ¿has comido bien?

-Hemos estado de misiones, pero Tonks se toma muy enserio lo de cuidarme como si fuera un niño.

-Eres peor que un niño, me alegro de haberte dejado al cuidado de ella.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora