La Identidad del Heredero

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-Tengo buenas noticias – dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estallo en alborozo.

-¡Vuelve Dumbledore! – dijeron varios, entusiasmados.

-¡Han atrapado al heredero de Slytherin! – grito una chica desde la mesa de Revenclaw.

-¡Vuelven los partidos de quidditch! – rugió Wood emocionado.

Cuando se calmó el alboroto, dijo la profesora McGonagall:

-La profesora Sprout me ha informado que las mandrágoras ya están listas para ser cosechadas. Esta noche podremos revivir a las personas petrificadas. Creo que no hace falta recordarles que alguno de ellos quizá pueda decirnos quien, o qué, los ataco. Tengo la esperanza de que este horroroso curso acabe con la captura del culpable.

Alisa se sintió feliz, aliviada y un tanto presionada al mismo tiempo, llevaba con ella el último libro que podía ayudarla con su investigación. Si no encontraba nada fracasaría rotundamente, y no tenía muchas esperanzas ya que ese libro en particular no era un libro en toda la norma de la palabra, más bien era algo así como un bitácora o diario de anotaciones y datos de su abuelo que Remus había cogido de la casa Black para mandárselo aunque él tampoco estaba muy seguro de que pudiera ayudarle, sin embargo mientras revisaba sus apuntes encontró un nombre muy reciente, uno que le podía dar la clave de todo Merope Gaunt, en el diario decía que había tenido un hijo, un hijo que si sus cálculos no le fallaban debió haber estudiado en Hogwarts cuando la cámara se abrió por primera vez.

En este pasaje del diario contaba que Merope Gaunt era una descendiente directa de Salazar Slytherin, que había crecido con su padre y su hermano a los que encarcelaron por algo que no especificaba su abuelo, decía que la muchacha había caído en el mal camino enamorándose de un muggle TR Sr. Se decía que había hechizado a este con una poción de amor y este se casó con ella, pero cuando el efecto se pasó TR la abandono.

No pudo seguir leyendo porque en cuanto llego a la clase de Lockhart la mandaron llamar para asistir con la preparación de la poción de mandrágora. Sin embargo no pudo quitarse de la cabeza que de algo le sonaba TR.

Alisa vio a los chicos en la enfermería cuando tuvo que ir a recoger un encargo de la señora Pomfrey.

-¿Qué hacen aquí?

-Encontramos la oportunidad de ir a hablar con Myrtle – le explicaron su plan y que habían terminado ahí porque la profesora McGonagall los había descubierto en el pasillo, naturalmente tuvieron que inventar una excusa.

-Efectivamente, fue una gran idea la de decirle eso a la profesora.

-Mira – le susurro Harry señalando con la cabeza la mano derecha de Hermione, esta apretaba en el puño un trozo de papel estrujado.

-Intenta sacárselo – susurro Ron, corriendo su silla para cubrir a Harry de la vista de la señora Pomfrey.

-La distraeré – Alisa se paró de un brinco en cuanto vio que no estaba resultando fácil sacar el trozo de papel.

La enfermera parecía encantada de explicarle como el jugo de mandrágora era un remedio instantáneo, el mejor de todos y que gracias a su ayuda no tendría que pasar horas cociendo las mandrágoras (en teoría porque ese sería el trabajo de Alisa mientras la señora Pomfrey montaba guardia en la enfermería). Volvió poniendo los ojos en blanco por la indignación, ella también tenía mejores cosas que hacer que pasarse el día entero cociendo mandrágoras o vigilando a unos chicos que no se moverían de la enfermería aunque quisieran.

Sin embargo al volver con los chicos se dio cuenta de que quizá no tendría que pasar su día cociendo mandrágoras con la profesora Sprout, Harry le paso el papel con la boca muy abierta.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora