El Ataque a Arthur

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Las cosas mejoraron mucho conforme a lo personal sin embargo en lo respectivo a lo académico los profesores cada vez les dejaban más deberes y Ginny necesitaba entrenar con más constancia porque las pruebas eran justamente en esos días, las obligaciones como prefectos de Ron y Hermione se hacían más pesadas a medida que se aproximaba Navidad. Los llamaron para que supervisaran la decoración del castillo («Intenta colgar una guirnalda por una punta cuando Peeves sujeta la otra y pretende estrangularte con ella», contó Ron), para que vigilaran a los de primero y a los de segundo, que tenían que quedarse dentro del colegio a la hora del recreo porque afuera hacía demasiado frío («Hay que ver lo descarados que son esos mocosos; nosotros no éramos tan maleducados cuando íbamos a primero», aseguró Ron), y para turnarse con Argus Filch para patrullar por los pasillos, pues el celador sospechaba que el espíritu navideño podía traducirse en un brote de duelos de magos («Tiene estiércol en lugar de cerebro», dijo Ron, furioso). Estaban tan ocupados que Hermione tuvo que dejar de tejer gorros de elfo, y estaba muy nerviosa porque sólo le quedaba lana para hacer otros tres.

-¡No soporto pensar en esos pobres elfos a los que todavía no he liberado y que tendrán que quedarse aquí en Navidad porque no hay suficientes gorros!

Alis comenzó a sentirse realmente inspirada por el ambiente navideño cuando Remus le informo que podrían pasar la navidad en Londres, y no era la única contenta por las vacaciones Hermione se iba a esquiar con sus padres, lo cual a Ron le hizo mucha gracia, porque no sabía que los muggles se ataban unas estrechas tiras de madera a los pies para deslizarse por las montañas. Ron se iba a La Madriguera y lógicamente Harry se iría con él aunque Alis sospechaba que le haría más ilusión que lo invitara a pasar las fiestas con ella, Remus, Sirius y los muchachos en Grimmauld Place. Aunque Alis descubrió con amarga diversión que Harry había supuesto que lo dejarían pasar la Navidad solo cuando les pregunto cómo iría a casa para la Navidad.

-Pero ¡si tú también vienes! ¿No te lo había dicho? ¡Mi madre me escribió hace semanas y me dijo que te invitara! – exclamó Ron y Hermione puso los ojos en blanco, pero a Harry notoriamente la noticia le levantó mucho el ánimo.

-¿Entonces lo harán oficial? – le preguntó Ginny a su amiga en ese momento.

-¿Hacer oficial, que? – pregunto confundida.

-Pues la relación, ya sabes, contarle a mamá y eso – Alis se sonrojo, no le había mencionado a nadie sobre en donde pasaría la Navidad porque había supuesto que era muy obvio.

-Pues veras, no es que no me guste la idea, pero no pasaré la Navidad en La Madriguera.

-¿Cómo que no pasarás la Navidad con nosotros? – pregunto Ginny un poco escandalizada –. Pero si mamá dijo...

-No voy a dejar a Hocicos solo como un perro en la víspera, ni siquiera es discutible, hubiera ido con o sin el consentimiento de Remus, pero creo que él ya lo sabe pues él mismo me informo de los planes navideños.

-¿Y ya le dijiste a George?

-Pensaba hacerlo pronto.

El día de la última reunión del ED resultó también ser el día de las pruebas de quidditch en donde Ginny se lució y consiguió el puesto de buscadora.

-Es que no había de otra – le dijo Alis muy contenta mientras se dirigían a la Sala de Menesteres –. Eres muy buena, yo diría que eres la mejor buscadora de Hogwarts.

-No exageres.

-No exagero, soy muy honesta Ginny, llevo practicando contigo desde hace demasiado como para que quieras hacerte la modesta conmigo, la verdad es que eres muy, muy buena – su amiga se puso muy roja con aquellos cumplidos, dejaron la conversación una vez entraron a la Sala de Menesteres ya que eran las únicas que faltaban por lo visto.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora