Alisa Black

Segunda Oportunidad

Ese día en especial les fue difícil, Alis estaba muy impasible por su sueño de antes y también muy preocupada por la vista de Harry que tomaría lugar al día siguiente, George, la noto distraída mientras revisaba las estanterías de la biblioteca privada de los Black, había títulos muy interesantes y otros muy perturbadores. El hecho era que ya había descubierto más maleficios y maldiciones de las que podía querer tener conocimiento, las maldiciones imperdonables eran un tema controversial a su parecer, pero en uno de los libros de tapa demasiado raída como para leer el título se explicaba de manera tan simple que Alis hubiera pensado que el título del libro era Artes Oscuras para Lerdos y principiantes.

-¿Piezas usarlos alguna vez? – le pregunto George mirando por encima de su hombro.

-No, pero quizá algún día me encuentre con Colagusano y... olvídalo, no sería capaz de hacerlo.

-Estaría mejor si lo entregas como prueba de la inocencia de Sirius ¿no?

-A veces me siento inútil George, el año pasado creí que podía encontrar la carta que Lily le había mandado a mi madre sobre los cambios de planes, pero cuando leí por fin el final de su diario parecía que se hubiera vuelto loca, solo había un montón de fechas anotadas y muchos números sin sentido.

-Lo siento – le quitó el libro de las manos –. ¿Probaste a ver si se trataba de algo importante?

-Eran fechas futuras a su muerte, no les preste mucha atención, creo que se estaba desesperando, tenía delirios de persecución veía sombras y bueno...

-Sabía que las estaban buscando.

-Pero no entiendo porque, ¿Qué sabía mi madre o qué hizo para que comenzaran a perseguirla?

-¿Estas segura que fue un mortífago?

-Sí, y ella sabía que irían por ella, pero nunca le dijo a Remus el porqué, pensé que encontraría una pista, algo, pero ni siquiera entiendo.

-Ginny me dijo que tuviste un mal sueño, como cuando tenías la visión de lo que ocurriría en el cementerio ¿crees que alguien corre peligro?

-No lo sé – le dijo levantándose del escritorio en donde había estado recargada.

-Al, quería hablar contigo – le dijo George un poco temeroso.

-Te escucho.

-Ven – en una de las esquinas pegada a la ventana se encontraban unas butacas viejas y un poco polvorientas, pero era el mejor lugar para que hablaran sin ser interrumpidos –. El día que regresamos de Hogwarts en King's Cross... yo no esperaba que tú...

-Que te besar – lo ayudo –. Lo siento, pensé que... no tenía intención de volver a Hogwarts al finalizar el verano, aun lo estuve pensando el primer mes del verano, pero cuando supe lo del ataque a Harry mi decisión se hizo mucho más fácil.

-¿No pensabas volver a Hogwarts?

-Quería hacer lo que mi madre quería para mí, cumplir su sueño de verme convertida en una pianista.

-Alis te he escuchado tocar, eres muy buena, se nota que te gusta. Pero jamás lo habías visto como una vocación, siempre hablaste de los aurores y de El Departamento de Regulación, no puedes dejar de lado tus sueños por intentar complacer a tu madre.

-Es complicado George, intenta ponerte en mi lugar, estoy cansada pero ahora eso no importa, no dejare que me sigan arrebatando a los que amo sin luchar, cuando todo esto se resuelva ya decidiré qué es lo que quiero, por ahora es complicado pensar en la idea de regresar a Hogwarts después de todo lo que ocurrió, trataron de usarme contra mis amigos y casi me matan en el intento, además de que casi pierdo a Harry y bueno... supongo que a Cedric no le gustaría que tomara la salida fácil, los pasillos no serán los mismos sin él, pero no voy a huir.