El Boggart de Molly

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Abajo, en el sótano, la señora Weasley había colgado una pancarta roja sobre la mesa, llena a rebosar de comida, que decía:

FELICIDADES

RON Y HERMIONE

NUEVOS PREFECTOS

Parecía de mejor humor que nunca y Alis se volvió a sentir más amargada que nunca, a quien quería engañar, ella había trabajado muy duro los últimos años y le estaban dando calabazas.

-Me ha parecido buena idea celebrar una pequeña fiesta en lugar de servir la cena en la mesa –explicó en cuando entraron en la sala—. Tu padre y Bill están en camino, Ron. Les he enviado una lechuza y están entusiasmados – añadió, radiante.

Fred puso los ojos en blanco, Alis se sentó entre Sirius y Remus, la mala cara de Sirius no tenía comparación con la de ella. Tonks y Kingsley Shacklebolt ya estaban allí también, y Ojoloco entró poco después.

-¡Oh, Alastor, me alegro de verte! – exclamó la señora Weasley jovialmente, mientras Ojoloco se quitaba la capa de viaje haciendo un movimiento con los hombros –. Hace mucho tiempo que queríamos pedírtelo... ¿Podrías echarle un vistazo al escritorio del salón y decirnos qué hay dentro? No hemos querido abrirlo por si se trata de algo peligroso.

-No te preocupes, Molly... – El ojo de color azul eléctrico de Moody giró hacia arriba y se clavó en el techo de la cocina –. En el salón... – gruñó mientras se le contraía la pupila –. ¿Ese escritorio del rincón? ¡Ah, sí, ya lo veo! Sí, es un boggart... ¿Quieres que suba y me deshaga de él, Molly?

-No, no, ya lo haré yo más tarde – dijo la señora Weasley sin dejar de sonreír –. Ahora tómate algo. Verás, hoy hemos organizado una pequeña fiesta... – Señaló la pancarta roja y Alis escondió la cabeza entre los brazos roja de coraje –. ¡El cuarto prefecto de la familia! – añadió con orgullo.

-Conque prefecto... – gruñó Moody observando a Ron con su ojo normal mientras el mágico giraba y se quedaba mirando hacia la sien. Harry se acercó a ellos en ese momento mientras Alis respiraba contando mentalmente –. Bueno..., felicidades – dijo Moody fulminando a Ron con su ojo normal –, las figuras de autoridad siempre atraen problemas, pero supongo que Dumbledore cree que tú puedes soportar cualquier embrujo, porque si no, no te habría nombrado a ti...

Ron se asustó un poco ante aquella interpretación del asunto, pero se libró de tener que contestar gracias a la llegada de su padre y de su hermano mayor. La señora Weasley estaba de tan buen humor que ni siquiera protestó porque hubieran llevado a Mundungus con ellos; éste llevaba un largo abrigo que tenía extraños bultos en sitios donde no debía tenerlos, y declinó el ofrecimiento de quitárselo y dejarlo con la capa de viaje de Moody.

-Bueno, creo que la ocasión merece un brindis – anunció el señor Weasley cuando todos tenían ya su copa. Levantó la suya y dijo, a Alis le temblaba la mano, intentaba con todas sus fuerzas estar feliz por sus amigos, pero era superior a sus fuerzas cuando se trataba de esas cosas era muy mala perdedora: ¡Por Ron y por Hermione, los nuevos prefectos de Gryffindor!

Ron y Hermione sonrieron encantados mientras los demás bebían a su salud, y luego todos aplaudieron.

-Yo nunca fui prefecta – comentó alegremente Tonks, que estaba detrás de Harry, cuando todos fueron hacia la mesa para servirse. Ese día llevaba el cabello de color rojo tomate, y largo hasta la cintura; parecía la hermana mayor de Ginny – El jefe de mi casa decía que me faltaban ciertas cualidades indispensables.

-¿Como cuáles? – preguntó Ginny, que estaba sirviéndose una patata asada.

-Como la capacidad de comportarme – respondió Tonks.

Alisa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora