CONSECUENCIAS

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Seiya salió de la habitación algo cabizbajo, no deseaba que eso sonara a despedida pero tampoco podía evitar sentir eso; mientras llegaba a la sala principal del Patriarca algo llamó su atención logrando ver una puerta que antes no había visto, miro a su alrededor comprobando que no había nadie y se encaminó a ese lugar, sin esfuerzo abrió la puerta, entra con cuidado de no chocar con la silla; sin embargo todo se olvida cuando ve un resplandeciente brillo dorado enfrente de este, levanta la cabeza para ver varias repisas donde se encontraban las cajas de las armaduras doradas, acomodadas justo como sus respectivas casas del zodiaco; sin duda lucían muy bella solo que una llama mas su atención que ninguna otra, esta tenía un brillo diferente ya que el material no era el mismo, esta era de bronce y tenía la imagen de un pegaso; de repente vino a su mente el momento en que esa armadura fue suya, cuanto luchó por ella para ver a su hermana y al final obtuvo la vida como caballero, sin dudarlo acercó su mano para tocarla y en ese momento a su mente vinieron todos aquellos instantes en que el caballero de pegaso salvó a su diosa; aunque el mas especial fue el secuestro por parte de Jamian, cada vez ambos se veían involucrados sentimentalmente, cada ocasión que sus miradas se encontraban, cada instante en que sus cosmos ardían por el otro, cada situación que obligaba a tenerla cerca de su cuerpo, cada suceso que abría sus instintos demostrando la importancia que cada uno se tenía. Eso sin duda hizo comprender la magnitud de la situación con la pelilila, ella había estado para él todo el tiempo y no era justo que las cosas llevaran a una separación cuando ambos se querían tanto; ahora tenía claro que debía de luchar por ella  y por su amor.

El resto del día Seiya estuvo pensando acerca de como podía dejar a un lado los problemas y demostrarle a la pelilila cuanto la amaba; comprendía que iba a ser difícil pero no imposible si de verdad le importaba tanto, además de que se esforzaría el doble para recuperarse pronto y así volver a su vida de antes.

Para cuando se cumplió un mes durante la mañana  la pelilila se levantó con mas ánimos que los días anteriores lista para empezar sus actividades cotidianas; cada vez para la diosa las peleas con Seiya estaban quedando atrás, así ella evitaba molestarse en en vano; para su suerte ese día cumplía la cuarentena completa por lo que aprovecho para planear salir, lo que mas le urgía era comprar mas ropa y por supuesto bañarse. En cuanto se despertó fue a darle un beso a sus hijos, quedándose viendo al niño quien cada día se parecía mas al padre, pensar en eso le causo una risita; en el fondo eso le agradaba pero también le molestaba, mejor decidió bañarse, entonces se metió a al baño apara quitarse la ropa y la venda que tenía, solo que antes recordó que había olvidado la toalla; cuando iba saliendo el caballero de pegaso entró igual que otro día, con mucha precaución para no toparse con la pelilila; para la mala fortuna de ambos chocaron provocando que la diosa cayera sentada sobre la silla del caballero y completamente desnuda, por un segundo ninguno reaccionó hasta que Seiya bajó su mirada viendo el cuerpo de la chica, en perfectas condiciones, ya que lucía tan hermosa como antes; la pelilila aun estaba pensando en la nada, hasta que descubrió la mirada del moreno.

-¡Oye!-Fue lo único que la chica dijo ante la situación.

-Tu caíste sobre mi, eso no fue mi culpa.

-Si tu entraste así no mas sin avisar y por esa razón me caí sobre ti.-La chica sonaba molesta y altanera como cuando ella vivía en la mansión Kido.

-Pues será lo que quieras, pero tu no te has levantado ni te has cubierto el cuerpo.-La pelilila no había caído en cuenta pues no se había volteado a ver.

-¿Y eso te molesta? Por que yo tampoco he visto que me quites de encima.-Seiya sonrió ante la respuesta de esta, la miró a los ojos; esos ojos que tanto lo enamoraban y con una sola caricia de la mejilla de esta unió sus labios, la diosa no se negó dejándose llevar por la situación; el beso se fue tornando cada vez mas intenso, utilizando cada uno sus lenguas y las manos para tocar al otro; Saori sentía que había una fuerte conexión como antes, ahora solo estaban dos personas que no dudaban en demostrar su amor por el otro; las manos del caballero eran hábiles y conocían de sobra el cuerpo de la chica como para saber donde provocar placer hasta un máximo, a sabiendas de esto mientras sus labios se tocaban, las manos del chico se introducían una y otra vez en el interior de la pelilila, quien solo gemía de satisfacción de acuerdo al ritmo que tomaban las manos; en poco tiempo la chica tuvo un orgasmo y quiso devolver el favor, cuando la puerta de su cuarto se abrió dejando ver a la doctora, quien iba pasando por afuera de la habitación y al escuchar los gemidos de la diosa no pudo evitar interrumpir.

A TRAVÉS DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora