EL PRIMER PASO PARA EL MATRIMONIO

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Sin lugar a dudas todos estaban mas alterados por las palabras de la diosa que por el caballero de cáncer atragantándose, los minutos se volvieron eternos hasta que la santo del camaleón comentó con optimismo.

-¿Y para cuando la boda?-La rubia mantenía una amplia sonrisa, en tanto varios de los presentes le dedicaban una mirada asesina por su pregunta.

-Nos casaremos en dos semanas.-Esa nueva confesión provocó que de repente fuera el Aries quién se estaba ahogando con un poco de agua.

-¡Muchas felicidades!-Shunrei trató de romper la tensión.

-¿Es enserio?-Aioros tenía la mirada más fría que nadie haya visto jamás.

-Estoy hablando bastante enserio. Seiya y yo nos casaremos en dos semanas.-Por si no había quedado claro la chica lo recalcó.

-Athena, con todo respeto creo que debió considerar avisarnos de una decisión tan importante como esa antes para tratarlo.-Shion solo respiraba hondo.

-¡No pienso que eso "se debió considerar", es algo que definitivamente no se toma a la ligera! ¡No deberías tomar esa clase de decisiones tú sola!-El sagitario comenzaba a alzar la voz.

-Es una decisión que ya tomé y no pienso cambiarla. Entiendo que como Athena debería permanecer en la soltería, sin embargo hace mucho que dejé esa clase de reglas atrás y considero que casarme es la mejor opción para mis hijos.-Saori optaba por dar sus posturas.

-Aioros, yo sé que piensas que esta es una mala idea, pero tu hija y yo nos amamos. No hay nada que quiera mas en esta vida que verla feliz además...-El pegaso no logró completar su opinión pues el dorado se acercó peligrosamente.

-¡Papá no le hagas daño!-La diosa miraba alterada la escena, no obstante el resto de los caballeros ya planeaba detener a Aioros cuando fuera necesario.

-¿Cómo me pides que no le haga nada si lo único que ha hecho es nublar tu vista a la realidad?¿Crees que el Olimpo va aceptar tu boda tan fácil?-El sagitario lucía en exceso molesto.

-Eso es algo que hace mucho contemplé y estoy consciente de lo que implica. Pero he tomado una decisión y ni el Olimpo ni nadie me va hacer cambiar de parecer.-La conversación estaba subiendo de tono apresuradamente.

-¡Haz lo que quieras entonces!-Como si de otra persona se tratara el caballero se alejó de la habitación echando chispas.

-¿Estas bien?-Seiya se acercó a la pelilila, quien después de ver lo furioso que estaba su padre se tuvo que sostener de la mesa para evitar caer al suelo.-Siéntate, tienes que estar tranquila.-El moreno ayudó a su futura esposa a regresar a su silla.

-Creo que la decisión que tomaste fue apresurada, a pesar de que yo soy el Patriarca y debería estar al pendiente tuyo; sé que eres mi diosa y como un fiel sirviente debo de obedecerte así que apoyo tu elección.-Para sorpresa de todos Shion actuaba muy relajado.

-Gracias, jamás pensé que las cosas se tornaría de esta manera pero después de sacrificar demasiados aspectos de mi vida para satisfacer las necesidades del Olimpo y de lo que tenía establecido el Santuario, quiero ser un poco egoísta con ese aspecto para lograr fortalecer la familia que ahora tengo. Evidentemente todos saben que mi deber como diosa no tiene porque verse contrariado por mis decisiones, ya que al final tanto me importa la Tierra y todos sus habitantes como me interesa Seiya y mis hijos; sé que pueden creer lo contrario pero en todos caso que la Tierra peligrara de nuevo no crean que voy a salvar a mis hijos únicamente, pues no tendría sentido ayudar a mis hijos si el lugar que es su hogar queda destruido, si la belleza de este planeta desaparece, si ellos pierden la oportunidad de tener una vida un poco normal; es por eso que necesito proteger a la Tierra para que ellos estén bien; en el caso de Seiya créanme cuando les digo que si algo le pasara sufriría demasiado pero eso no quita que no me duela cuando alguno de mis caballeros también sufre ese destino, caballeros que a pesar de actuar en busca de una justicia por el camino del mal, que juraron lealtad a otra persona o que simplemente fueron engañados; creo que por poseer un cuerpo humano puedo cometer errores y no espero que los ignoren pero tampoco pienso que sea necesario juzgarme.-Las palabras de la pelilila dejaron a la mayoría sin habla.

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