ANTES DE IRNOS

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Tanto Seiya como Saori permanecieron un rato mas abrazados al tiempo que admiraban el paisaje del que ambos podían ser testigos olvidando por completo la hora, Seiya sacó de sus pensamientos a la diosa con un beso en la mejilla, al sentir el calor de su caballero Saori voltea observando fijamente esos ojos chocolate que le fascinan y posteriormente los labios que mas le gustan; los cuales sin poder evitarlo vuelve a juntar con los suyos.

-Hazme tuya.-Casi como un susurro en el oído de aquel caballero la diosa expresó sus mas profundos pensamientos que habitaban su cabeza en ese momento.

Por su parte el moreno tuvo la necesidad de buscar la mirada de su amada para corroborar que no había escuchado mal, esta lo supone por lo que asiente levantando su cabeza un poco para que su cuello quede desprotegido, el pegaso lo entiende y comienza a depositar suaves roses en aquella zona, luego baja a su hombro, acariciando sus brazos pudiendo apreciar como al contacto la piel de su princesa se eriza; continua su camino hacia el pecho de la pelilila deteniéndose para percibir el agitado corazón de esta, al poco tiempo sus manos bajan al abdomen dejando un besó coqueto cerca de donde termina su traje de baño; provocando que se estremeciera al contacto, el moreno sigue hasta las piernas de la chica acariciando de arriba hacia abajo y deteniéndose en los muslos de esta apretándolos ligeramente, gira su mano para terminar muy cerca de su entrepierna besando aún mas cerca de una de las zonas mas sensibles de su novia; levantando su rostro en camino hacia su rostro su mano es descuidada por la pelilila, quien no espera que aquella extremidad comenzara a empujarse contra su intimidad alterando su respiración; pronto los labios del moreno invadían su cuello sin que ella pudiese defenderse, sin embargo cuando su cuerpo pudo moverse por si mismo sus manos recorrieron la espalda del pegaso arañando ligeramente cada que la mano de este masajeaba su zona; cuando terminó su recorrido bajó violentamente hasta la retaguardia del caballero pellizcandola, al  sentir las acciones de la chica el caballero se posó sobre los senos de su novia bajando su bañador y sin dar indicios de su siguiente paso su boca va a parar a los pezones de esta, sacandole varios gemidos; su lengua se paseaba de un lado al otro excitando cada vez más a la diosa; por lo que su mano se dirige al miembro erecto del caballero rozando por encima de la ropa y logrando que este soltara un pequeño suspiro, pero aun así continuaba masajeando tanto los senos de su novia como su zona íntima; como una especie de guerra la chica inicia el proceso para liberar el miembro de su chico aprisionándolo en su mano, esa acción causó que el moreno gimiera pero esta no le dio oportunidad de reponerse, ya que enseguida inició moviendolo de arriba hacia abajo; bajando la guardia por completo del pegaso, que sin darse cuenta con gran habilidad la pelilila dirigió su intimidad hasta la de esta, haciendo a un lado su ropa que cubría esa parte de su cuerpo introdujo la punta causando que tanto el moreno como ella soltaran un grito de placer; las miradas de ambos se cruzaron por varios segundos hasta que sus cuerpos les rogaban que continuaran con lo que habían comenzado; entonces el caballero tomó las caderas de su princesa para embestirla con un poco de rudeza, una y otra vez los movimientos aumentaban la rapidez y la fuerza; la pelilila tomó el rostro de su amado para besarlo de forma arrebatada en tanto sus lenguas jugaban y sus manos se acariciaban los brazos, las piernas, la espalda pero siempre regresando al mismo lugar; las del caballero en las caderas de su amada, en tanto las de la diosa sobre las nalgas de pegaso, ninguno de los dos deseaba que terminara ese éxtasis que recorría cada parte de su cuerpo y que sin mas les permitió liberarse.

-Te amo Seiya.-Todavía con la respiración inestable y abrazados la diosa no pudo mas que decirle lo que tenerlo de esa forma le hacía sentir.

-Yo también de amo, mi Saori.-En las mismas condiciones el moreno también quiso decirle lo mucho que sentía por ella.

-¡Saoriiiii!¡Seiyaaaaa!-La pareja escuchaba una voz familiar que se hacía presente no muy lejos de donde estaban, alarmandolos.

-Deben de estarnos buscando.-Fue lo único que atinó a decir la diosa, que no podía dejar de sentirse agitada.

A TRAVÉS DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora