—¡No! ¡Eso no es cierto! —gritó, desgarrando su garganta, sintiendo el agarre de su padre intentando retenerle—. ¡¡Eso no es verdad!!
El oficial de policía observaba a Taehyung con vergüenza, y solo optó por bajar la cabeza. En su trabajo como oficial no era nuevo ver las reacciones de los familiares cuando se enteraban que sus seres queridos morían, no eran nuevos los gritos, o el llanto y el escándalo. Pero el chico que estaba frente suyo, llorando a gritos, con su cabello largo alborotado, y su rostro tan rojo como un tomate lo hacía sentir cohibido y apenado.
—¡¡Ustedes no lo entienden!! ¡¡Seok tenía planes, aspiraciones!! ¡¡Tenía un novio que lo amaba!! ¡¡Él era feliz!!
—Señor Kim, ya se lo dijimos. Hubo testigos que vieron al hombre estar en la azotea minutos antes de que apareciera su cuerpo en el suelo, lo vieron lanzarse.
—¡¡No puede hablar en serio!! ¡¡Él no quería matarse!!
El padre de Taehyung, Kim Chin Mae, tomó al joven de los hombros y lo removió con brusquedad para callarlo.
—¡Taehyung! ¡Manten la calma y escúchame! —gruñó—. Quizá no lo sabías, quizá ninguno de nosotros lo sabía. —exclamó, con la respiración agitada—. Quizá pasaba por algo que nunca contó. ¿Piensas que las personas con planes de matarse van a ir por ahí contando que lo harán?
El llanto de Taehyung aumentó, pero escuchó las palabras de su padre. Todo su cuerpo fue azotado por una angustia que fue más de la que podía almacenar, y comenzó a temblar mordiéndose los labios. ¿Era verdad, acaso? Su corazón se negaba a la idea. Su novio, aquel hombre con el que había compartido los últimos dos años de su vida, que era tan testarudo y fuerte, ¿Había querido matarse?
No tenía sentido. No lo tenía.
Ellos habían quedado ese día en almorzar. ¿Entonces al hombre no le había importado, y había decidido acabar con su vida un par de horas antes? No, no tenía sentido. No tenía sentido, y nadie podía convencerlo de lo contrario.
—Papá, escúchame. Seok no deseaba morir. —exclamó, con la voz quebrada. Sentía su ojo derecho palpitar, y dejar fluir un dolor por su frente. Su desmayo le había dejado un leve trauma en el rostro, pero nada lo detuvo de ir a obtener explicaciones.
Aunque, aún se negara a creer en lo que le decían.
Su padre, negando con la cabeza, le interrumpió.
—Tae... estás cansado, y triste. Lo entiendo, es mejor que vayamos a casa y volvamos otro día. —pidió, intentando llevárselo, Taehyung se negó.
—¡No! ¡Yo lo sé, Seokjin no quería morir! ¡Él estaba por la mitad de su carrera, tenía todas las cosas que había deseado! ¡Él no quería morir!
—¿¡Cómo puedes estar tan seguro!? —preguntó su padre, ahora exasperado—. Nunca terminamos de conocer a las personas, Taehyung.
Taehyung sollozó, safándose de su padre: —Él no...
Pero entonces su padre le tomó por las mejillas, y musitó, ahora con voz suave. No olvidando que trataba con un corazón roto.
—Escucha, Tae. —lo miró a los ojos, y Taehyung sollozó mientras temblaba con brusquedad—. Sé que es difícil... Sé que te duele. Pero estar discutiendo aquí no hará que vuelva. —afirmó, observando como su hijo, con los ojos irritados, comenzaba a lloriquear. Sólo después de la muerte de su madre lo había visto en tal estado—. Estás de luto, permite los sentimientos que estás evadiendo. No pelees más contra la corriente.
Entonces el castaño cerró los ojos, sintiendo su debate mental continuar con más intensidad. Nada de lo que ocurría tenía sentido, no era lógico ni coherente. Era imposible para el cuerpo de Taehyung digerir una idea como esa. Su corazón, emitiendo latidos desesperados, se apretaba cada vez con más fuerza en su pecho. Se sentía enfermo, roto y abandonado, ¿Cómo podía estar sucediendo esto? ¿Cómo podía haberle deseado unas buenas noches a su novio el día anterior, y había visto ahora su cuerpo magullado en una camilla en la morgue? Casi se había lanzado al cadáver creyendo imposible que el hombre dejara de respirar, y fue detenido por los forenses. Todo era surrealista para el castaño, que demasiado llevado por su parecer, no encontró un punto de equilibrio.
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Control «KookTae» ©
FanfictionEn medio de la preponderancia y el saudade, Jeon Jungkook y Kim Taehyung se conocen. Si el dicho dice que los opuestos se atraen, en definitiva no aplica con ellos, y trae, como consecuencia, un enfrentamiento que sin fundamento los involucrará en u...