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La rutina de Kim Taehyung y Jeon Jungkook después de hacer el acuerdo había establecido unas costumbres.

Casi todos los días, después del trabajo, Jungkook recogía a Taehyung e intentaba no atacarlo en el taxi hasta que llegaban a su edificio. Normalmente iban al apartamento de Jungkook, ya que el hombre se quejaba si ponía un pie en el lugar de Taehyung. Demasiado desordenado. 

Pues no había pensado mucho en ello la primera noche que habían intimado. Taehyung siempre lo reprendía mentalmente. 

—¿Hola?

—¿Dónde estás, Taehyung?

Tener sus números ya era algo normal. Hacerse llamadas varias veces al día para confirmar horarios también. Aquel día en particular, Taehyung se había pedido un descanso en el café. Se hallaba caminando tranquilo por un centro comercial después de hacer algunas compras. Era un lindo día. 

Hasta esa llamada. 

—¿Por qué te interesa? ¿Quieres que vaya?

—¿Dónde jodidos estás?

—¿Qué le tiene de mal humor, señor Jeon? cuestionó, sonriendo. 

—Te necesito aquí, ahora.

La intimidad traía consigo ciertas confianzas. Las de ellos, no eran para nada emocionales. Eran tan explícitas y obscenas como nunca.

Jungkook, había aprendido Taehyung, no era un hombre que diera rodeos. Era directo con lo que quería.

Y condenadamente fastidioso por eso.

—No puedo.

—¿Cómo que no puedes? Estás en tu día libre.

—Exactamente, es mi día libre, así que estoy haciendo lo que yo quiero.

—¿Y qué hay con lo que yo te ordeno? Ven. Ahora.

—No seas un idiota, iré en la noche.

—Ven ahora.

—Hasta dónde sé yo, estás trabajando.

El sexo seguía tan malditamente bueno como el primer día. El extraño deseo que ambos experimentaban seguía intacto.

—Así es, no sé qué suena raro en todo esto. Quiero que vengas a mi maldito trabajo y abras tus lindas piernas en mi escritorio, ¿cómo lo ves?

Aquel comentario hizo a Taehyung rodear sus ojos, y también ruborizarse un poco. Intentó que la reacción que aquellas palabras le provocaban no se notara mientras seguía caminando.

—Los escritorios son incómodos.

—Agh. Maldita sea, Taehyung. Ven ahora. Ven ahora mismo o te juro que voy a azotarte hasta que ruegues que te folle.

Algo se contrajo en el vientre de Taehyung. Incluso con ese tipo de comentarios tan vulgares, ahora se encendía por completo. Los hábitos que creaba ese hombre en él no eran para nada sanos. Se desconocía.

Pero, maldita sea, era su día libre. Habían muchas cosas que quería hacer además de ser follado. Sus compras no habían terminado, y quería pasar a visitar a Ha Neul.

Y aunque muchas cosas habían cambiado entre ellos y muchas reglas se habían establecido. Había una cosa que no parecía corregirse.

Sus discusiones.

—¿Sabes qué? Vete a la mierda, no tengo tiempo para ti.

Supo que de nada había servido su comentario cuando escuchó el sonido de un cinturón desabrochándose.

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora